Con este modelo se han implementado sistemas agrarios sostenibles, producción agroecológica de hortalizas, ganadería eficiente con silvopasturas, elaboración de productos regionales ( derivados lácteos, mermeladas), turismo ecológico, etc.
Esto ha sido posible gracias a una estrategia bien diseñada e integradora con el foco puesto en prácticas de conservación y restauración del ecosistema.
Ha sido fundamental también la comercialización asociativa en los mercados locales y en la tienda comunitaria de la Corporación microempresarial Yunguilla.
La lección que hemos aprendido aquí es que para que una propuesta de conservación sea aceptada, implementada y sostenida por la comunidad, es necesario que los resultados obtenidos deban también derivarse en beneficios de tipo económicos y de desarrollo para la población.