Estructura de gobierno

La estructura de gobernanza está diseñada en diferentes niveles para asegurar y ayudar a un diálogo regional continuo y regular en torno a una agenda común sobre la Economía Azul.

Está estructurada en torno a tres componentes: el Grupo de Trabajo sobre Economía Azul, la(s) Conferencia(s)/Evento(s) de Partes Interesadas y la Plataforma Mediterránea de Partes Interesadas en la Economía Azul.

El Grupo de Trabajo sobre Economía Azul de la UpM, bien establecido, se reúne una o dos veces al año. La Secretaría de la UpM se encarga de organizar las reuniones, que incluyen hasta 2 participantes por país miembro y un amplio abanico de representantes de diferentes categorías de partes interesadas (Autoridades de Gestión, Instituciones Financieras Internacionales, Academia, Autoridades Locales, etc.). La comunicación regular entre los socios garantiza un funcionamiento eficaz de la asociación entre agencias durante la ejecución global de las actividades del proyecto. Las principales tareas del grupo son

  • Revisar toda la aplicación de la declaración ministerial;
  • Informar al grupo sobre los avances regionales y nacionales;
  • Intercambiar opiniones e información
  • Revisar el proceso de implementación y tomar decisiones sobre los cambios necesarios que puedan surgir;
  • Revisar los principales resultados y productos esperados del proyecto;
  • Proponer medidas para reforzar los vínculos con otras iniciativas nacionales, regionales y mundiales pertinentes.
  • Plataforma permanente de diálogo - Grupo de trabajo de la UpM sobre economía azul (países y partes interesadas; los países están representados en función de sus prioridades nacionales con respecto al expediente BE, contribuyendo así a un intercambio intersectorial a escala regional).

La importancia de contar con Plataformas de Diálogo Regional.

Las Declaraciones Ministeriales permiten a la Secretaría de la UpM estructurar en consecuencia plataformas de diálogo y cooperación regional. Estas plataformas regionales han implicado a una red cooperativa de más de 25.000 partes interesadas de todo el Mediterráneo y en ellas participan gobiernos, autoridades locales,

organizaciones internacionales y regionales, instituciones financieras internacionales y donantes, universidades y grupos de reflexión, la sociedad civil y el sector privado.

Compromiso político y respaldo - Declaración(es) Ministerial(es) de la UpM sobre Economía Azul Sostenible

Los ministros de los 42 países de la Unión por el Mediterráneo han acordado intensificar sus esfuerzos en pro de una economía azul sostenible en el Mediterráneo. Con ello quieren garantizar el desarrollo sostenible de la región en torno a su principal bien común: el mar Mediterráneo; promover la recuperación de las economías de la región de la crisis COVID-19; y abordar los retos medioambientales y climáticos a los que se enfrenta la región.

Los principales ámbitos de cooperación acordados por los 42 países de la UpM son: gobernanza y futuro de las estrategias de cuenca marítima en la región mediterránea; investigación e innovación marinas, cualificaciones, carreras profesionales y empleo; alimentos sostenibles procedentes del mar: pesca y acuicultura; transporte marítimo y puertos sostenibles, neutros desde el punto de vista climático y sin contaminación; desechos marinos; turismo costero y marítimo; ordenación del espacio marítimo y gestión integrada de las zonas costeras; energías marinas renovables; seguridad marítima; e inversiones sostenibles.

  • Representación permanente Norte-Sur a través de la Copresidencia de la UpM (UE y Jordania);
  • Plataforma permanente de diálogo - Grupo de trabajo de la UpM sobre economía azul (países y partes interesadas; los países están representados en función de las prioridades nacionales con respecto al expediente de la BE, contribuyendo así a un intercambio intersectorial a escala regional).
  • Herramientas sólidas para la participación de las partes interesadas, incluida la Plataforma Med Blue Economy; conferencias periódicas de las partes interesadas; representación de categorías de partes interesadas en el grupo de trabajo de la UpM sobre la EB.

La importancia de contar con una metodología consolidada orientada a la acción, con la ambición común de crear vínculos efectivos entre la dimensión política y su traducción operativa en proyectos e iniciativas concretas sobre el terreno para abordar adecuadamente los retos de la región y sus principales prioridades interrelacionadas.

La UpM construye su identidad en torno a una dimensión política, de reuniones ministeriales y de representantes gubernamentales que definen las prioridades del trabajo mediante la adopción de una agenda regional común. Los Ministros de Asuntos Exteriores se reúnen una vez al año en el Foro Regional de la UpM para definir las áreas estratégicas y las prioridades. Las declaraciones adoptadas por consenso por los 42 ministros definen el alcance y los objetivos de esta agenda común. Las reuniones ministeriales sectoriales complementan útilmente el diálogo político abordando las prioridades estratégicas clave de la región.

Participación de la comunidad mediante actividades de empoderamiento

Para garantizar la sostenibilidad y la eficacia a largo plazo, esas zonas son gestionadas por la comunidad, junto con:

  • Elaboración de una guía del consumidor de pescado sostenible para restaurantes y turistas mediante la investigación sobre el pescado sostenible, las prácticas pesqueras, las cadenas de suministro de pescado y la demanda
  • Creación de 5 asociaciones de medios de subsistencia, como las VSLA
  • Estudio de viabilidad para el desarrollo de cooperativas pesqueras sostenibles
  • Formación y equipamiento de pescadores como Ocean Rangers para supervisar las prácticas pesqueras.

Estas actividades han permitido reducir los métodos de pesca artesanal destructivos e indiscriminados y la sobrepesca en cuatro comunidades pesqueras para reducir la presión insostenible sobre las poblaciones de peces y la captura de especies vulnerables (Tofo, Barra, Rocha, Morrungulo y potencialmente Bazaruto).

Las comunidades adquieren autonomía gracias a la gestión de sus zonas marinas y a las actividades educativas, así como a la mejora de sus medios de subsistencia. Se comprometen así a salvaguardar sus recursos, en lugar de utilizar métodos de pesca destructivos.

  • Identificar y apoyar otras formas de sustento alternativas para las familias de pescadores ayuda a reducir su dependencia de métodos de pesca destructivos y a reducir el impacto del cierre de los arrecifes en la situación económica y la seguridad alimentaria de sus familias.
  • La movilización social y la concienciación son fundamentales para presionar a favor de un cambio de comportamiento y prácticas a nivel local y provincial.
Cuatro comunidades pesqueras gestionan con éxito LMMA en la costa de Inhambane.

Con la creación de una red eficaz de Áreas Marinas Localmente Gestionadas (LMMA) a lo largo de la costa de Inhambane y una actividad pesquera sostenible en las aguas más biodiversas, MMF pretende mitigar las amenazas a las especies vulnerables.

Las actividades comunitarias se llevaron a cabo con éxito mediante el seguimiento de los resultados y amenazas para la conservación y la prevención de actividades pesqueras destructivas (Tofo, Barra, Rocha, Morrungulo).

Para alcanzar los objetivos propuestos fueron cruciales

  • Talleres de formación para CCP, dirigentes, policía costera y pescadores sobre gestión de recursos marinos y LMMA.
  • Establecimiento de LMMA y cierres de arrecifes mediante la creación de consenso, el compromiso con las autoridades locales, provinciales y nacionales, el asesoramiento científico y el apoyo a la aplicación.
  • Elaboración de planes de gestión marina con las comunidades.

Gracias a la conservación y mejor gestión de los recursos marinos, especialmente de la megafauna, todas las comunidades costeras de las zonas del proyecto se beneficiarán indirectamente de los ingresos sostenidos de las empresas pesqueras y turísticas.

El turismo comunitario, una alternativa de producción

En el marco de la implementación del REM, en el año 2016 se incluyó como parte de las estrategias de manejo las alternativas productivas, un verdadero reto en donde la distancia y falta de comunicación dificulta todo, se buscó una alternativa que se pudiera llevar allí bajo esas condiciones, teniendo en cuenta que ya se tenían proyectos como artesanías, resinas y otros productos típicos como el ají con los que no se tuvieron resultados exitosos porque tenían visión extractivista, además  se enfrentaron ante la compleja movilidad de la región. Este es un ejercicio que aún se encuentra en proceso de construcción y fortalecimiento para la zona de influencia. Se han hecho trabajos remotos en esta situación de pandemia y de problemas de orden público, pero se sigue avanzando. Se ha contado con buenos profesionales trabajando en el tema y se han obtenido resultados exitosos siendo uno de los parques que más ha logrado avanzar en la propuesta de turismo gracias al grado de madurez que el equipo de trabajo tiene.

 

El turismo, se plantea como una estrategia de conservación, de 12 personas máximo y de 3 o 4 entradas al año con sitios y actividades restringidos, para lo que se han realizado ejercicios de capacitación en el territorio. El tema de mantener los conocimientos indígenas es por supuesto un principio, ofreciendo al turista por ejemplo las artesanías en el mismo territorio, es una estrategia diferente en donde se produce allá y el turista es quien saca los productos, disminuyendo así los retos del transporte.

Teniendo en cuenta lo anterior y luego de realizar un diagnóstico se concluyó que el turismo comunitario sería la mejor opción, aprovechando que desde el 2016 se ha venido trabajando en manejo de finanzas, dotación de las malocas, construcción de servicios básicos sanitarios, cocina, capacitación de las comunidades y se han hecho un par de ingresos de turistas para ver cómo responden ante la estrategia, obteniendo buenos resultados.

La conservación de la tortuga charapa y su importancia para los pueblos indígenas del PANI

La charapa (Podocnemis expansa) en la cosmovisión indígena se relaciona con el origen de los pueblos, especialmente de los Miraña, cuentan que un dios ancestral se las dio a los nietos para que se alimentaran de ella. Además, tiene poderes curativos que se asocian a los ecosistemas que la especie usa para llevar a cabo su reproducción, es por eso, que en sus bailes y ritos la charapa está presente. Su consumo es permitido bajo regulaciones contempladas en un calendario cíclico que mezcla la ecología, y la conservación con la cosmovisión indígena y que establece el manejo, pues si abusan de su consumo se atraen las enfermedades al territorio. La conservación de la charapa es un resultado exitoso y se ha dado gracias al monitoreo comunitario coordinado por PNN y el PANI. Se ha logrado sensibilizar a la comunidad y se han hecho acuerdos de uso con el fin de lograr que la población de tortugas se mantenga o aumente. Este trabajo ha permitido la participación de uno de sus indígenas en un intercambio de experiencias con proyectos en marcha tanto de Colombia como de otros países, así como su participación en un artículo científico publicado entre varios autores de Sudamérica.

El monitoreo de tortugas es implementado por la comunidad indígena, en donde familias enteras trabajan en estas zonas de protección especial, haciendo ejercicios de ciencia ciudadana y ayudando en la investigación de la especie. Los resultados de estos 5 años de monitoreo saltan a la vista, se tiene un componente científico- ambiental y cultural muy importante, se monitorean las posturas, los adultos y en épocas de aguas altas, se monitorean los sitios donde las tortugas realizan otras actividades relacionadas con la alimentación. 

Al ser un trabajo comunitario, el monitoreo de charapa ha ayudado a estructurar el sistema de gobierno del PANI, ya que les ha permitido fortalecerse, ha generado un referente muy importante que ha llevado a comunidades indígenas aledañas soliciten ser vinculadas en el ejercicio, que se socialice y enseñe sobre el tema y se les incluya para que ellos puedan adelantar  ejercicios similares. Entonces, el ejercicio ha crecido y se ha extendido, creando un corredor biológico para la conservación de la especie.

El rol de las mujeres indígenas en el REM

 Las mujeres hacen parte del ejercicio de gobernanza del PNN Cahuinarí, bajo la normatividad que regula la comunidad. Su protagonismo es evidente en el campo económico, educativo y productivo, y son relevantes en el sostenimiento económico de la familia. Ellas son las encargadas del manejo de la chagra (Chagra= Comida= Vida) en donde se transmiten los conocimientos a las generaciones menores. Los niños son llevados a la chagra desde muy temprana edad y alrededor de los 5 o 6 años empiezan a participar de las labores de limpieza y cosecha de la chagra. 

La educación ambiental también es protagonizada por las mujeres, es un ejercicio muy interesante en donde ellas son las profesoras y para que su labor sea exitosa, reciben ayuda en la construcción de planes de formación y manejo de herramientas tecnológicas por parte del equipo del PNN que se encarga de realizar estas capacitaciones para la mejora de sus habilidades. 

Actualmente se están empezando a conformar consejos en donde ellas  tienen un papel muy importante porque participan y opinan en las decisiones que se están tomando con respecto al manejo del territorio y el relacionamiento.

 

La interacción de los indígenas con las mujeres no nativas, como por ejemplo las funcionarias del AP y las investigadoras es buena y existe una sinergia entre el género, sin embargo, aunque la “mujer blanca” es percibida como una persona normal a la que le permiten saltarse algunas normas como mambear o ubicarse en cualquier punto de la maloca (cosas que no pueden hacer las nativas), cuando se deben tomar decisiones la consideran una mujer más que debe cumplir con las reglas de las mujeres del territorio.“Mi apreciación es que los indígenas ven o posicionan a la mujer blanca en un punto intermedio del relacionamiento que la balanza se inclina para uno de los dos lados si esta mujer asimila su rol y se integra a los procesos propios de su género” Funcionaria del AP.

Agroecosistemas resilientes al clima y apoyo a la extensión

El bloque de construcción proporciona servicios de extensión agrícola para apoyar la gestión eficaz del agua y la investigación y capacidad en agricultura climáticamente inteligente a nivel comunitario. Se centra en la promoción de cultivos agrodiversos y locales resistentes al clima y en la aplicación de prácticas productivas adaptadas al clima para mejorar los medios de vida rurales que se adaptan a las proyecciones climáticas tanto de sequía como de inundaciones. Estos sistemas productivos agrodiversos premian la biodiversidad local y son compatibles con los sistemas de humedales, rescatando y favoreciendo así los cultivos tradicionales que se habían perdido por el monocultivo y que han demostrado resistir mejor las tensiones climáticas.

Los hogares reciben kits de jardinería doméstica y gestión del agua que incluyen semillas (suministradas a través de bancos de semillas locales gestionados por mujeres), mantillo y otros insumos. Se imparte formación sobre cómo establecer estos sistemas, incluido el uso de tecnologías de riego de bajo coste y la elevación de los bancales de cultivo. El apoyo a la extensión rural permite a los hogares aprender haciendo a través de la experimentación con un enfoque de escuela de campo para agricultores. Esto ha permitido rescatar y sistematizar los conocimientos locales y crear alianzas con instituciones de investigación locales. Estos huertos domésticos han mejorado la seguridad alimentaria frente al COVID y las recientes inundaciones.

La experiencia adquirida en un proyecto anterior financiado por el Fondo de Adaptación en la región sirvió de base para la ampliación del proyecto, incluida la creación de bancos de semillas locales gestionados por mujeres. La existencia de instituciones de investigación y centros de aprendizaje locales también ha demostrado ser muy valiosa para garantizar que los conocimientos sigan siendo locales y que el apoyo a la extensión sea pertinente y tenga en cuenta la cultura y las circunstancias locales. La asociación con instituciones indígenas también ha sido una fuente clave de conocimientos.

El apoyo a la extensión rural y el desarrollo de capacidades es un factor fundamental a la hora de ejecutar proyectos complejos que buscan crear un cambio de paradigma en la gestión del riesgo climático. Trabajar a través de este componente ha permitido al proyecto comprender mejor las necesidades y el interés de la comunidad por mejorar la resiliencia. Y lo que es más importante, ha permitido al proyecto ofrecer resultados tangibles a las comunidades que han demostrado su importancia cuando la región se ha enfrentado a las recientes inundaciones. De hecho, estas soluciones han demostrado ser resistentes a las inundaciones, ya que se diseñaron teniendo en cuenta los extremos climáticos y haciendo uso de modelos hidrológicos.

Este bloque también se ha beneficiado de la colaboración con los responsables locales para garantizar que los diversos sistemas productivos agrícolas sean compatibles con los ecosistemas y creen una relación positiva con los humedales. Además, al trabajar con bancos de semillas locales, el proyecto ha podido apoyar las economías locales y los medios de subsistencia compatibles con los ecosistemas. El papel de los institutos de investigación locales ha sido valioso para que la información y la innovación permanezcan en la región.

Mejora de los sistemas de alerta rápida

Este Building block reconoce la creciente volatilidad meteorológica (sobre todo en forma de precipitaciones) que se dejará sentir en La Mojana como consecuencia del cambio climático. Aunque existían algunas capacidades locales de alerta temprana, la cobertura de las estaciones meteorológicas y la capacidad de gestión de datos eran insuficientes para emitir alertas meteorológicas localizadas que permitieran a las comunidades proteger los medios de vida locales, sobre todo teniendo en cuenta que anteriores incidentes de inundaciones habían provocado importantes pérdidas económicas y afectado a la seguridad hídrica y meteorológica.

El proyecto abordó la necesidad de sistemas de alerta temprana potenciando el desarrollo de un centro regional de previsión con capacidad de modelización hidrológica, así como en el desarrollo de productos de información de alerta temprana. El resultado ha sido la elaboración de boletines y alertas agrícolas oportunos que han mejorado el acceso de las comunidades a la información climática. El proyecto también ha proporcionado información sobre cómo gestionar las alertas tempranas, buscando integrar la capacidad local. Esto supone pasar de la información a la acción, al tiempo que se relaciona con las inversiones realizadas a través de los bloques de construcción 2, 3 y 5, que generan capacidad de adaptación en la gestión del agua para uso doméstico y productivo.

Un estudio hidrológico de los sistemas de humedales desarrollado por el Fondo Nacional de Adaptación que incorporaba el cambio climático demostró la relevancia de los sistemas de alerta temprana para proteger los medios de subsistencia y por qué era necesario potenciarlos. El proyecto también estableció una relación con el sistema meteorológico nacional (IDEAM) que permitió desarrollar un sistema de previsión regional que se integraría en la red nacional de estaciones.

Las alertas tempranas proporcionan una base para la acción, ya que permiten a las comunidades comprender de forma tangible la relevancia de las inversiones del proyecto y cómo se relacionan con ellas. Esto es clave si se tienen en cuenta los incidentes de inundaciones pasadas con efectos devastadores para los medios de subsistencia. Sin embargo, proporcionar estas alertas y boletines es insuficiente si no va acompañado de una estrategia de socialización activa para que la información sea comprendida y conduzca a una mejor toma de decisiones. El trabajo con asociaciones productivas, responsables locales y autoridades medioambientales locales ha sido un pilar en la comunicación de información a las comunidades.

El proyecto ha mejorado las capacidades locales. Sin embargo, aún se está desarrollando una estrategia de sostenibilidad a largo plazo para garantizar que, una vez finalizado el proyecto, el centro regional de previsión siga funcionando. Esto se ve facilitado por un acuerdo con el IDEAM para el mantenimiento de las estaciones en las que se ha invertido, así como por la existencia de instituciones de enseñanza en la región y de autoridades medioambientales fuertes.

Servicios ecosistémicos de humedales restaurados para la gestión del agua

La zona está situada en un sistema de humedales que presta servicios de protección natural contra inundaciones, depuración y abastecimiento de agua, así como su valor económico en los medios de vida de la comunidad. El cambio climático ha aumentado la dependencia de estos servicios por parte de la comunidad, ya que el agua escasea y las inundaciones son más frecuentes.

El proyecto ha colaborado con el Ministerio de Medio Ambiente, el Instituto de Investigación Alexander von Humboldt y los departamentos locales de medio ambiente en la restauración de zonas clave de humedales. Los trabajos de restauración se guían por la modelización de los flujos hidrológicos desarrollada en la región por el Fondo Nacional de Adaptación, que ha servido de importante aportación a la planificación local. Los trabajos de restauración se organizan mediante planes comunitarios de restauración y seguimiento medioambiental llevados a cabo por las comunidades locales, especialmente las mujeres. Las acciones de restauración incluyen un enfoque de paisaje productivo que premia la compatibilidad con los ecosistemas de las actividades productivas de la región, incluidas las actividades agroforestales y silvo pastoriles. Esto incluye la identificación de oportunidades de subsistencia compatibles con el ecosistema que sean inclusivas para las mujeres y los pueblos indígenas. El proyecto está trabajando con asociaciones ganaderas para desarrollar un código de prácticas a lo largo de los humedales como parte de su enfoque para la gestión sostenible de los ecosistemas.

El conocimiento de la hidrología de los humedales, la asociación con instituciones medioambientales nacionales y locales y el trabajo con las comunidades han sido factores esenciales que han permitido que estas actividades garanticen que la restauración se ajusta a la planificación local y nacional, a la vez que proporciona beneficios y, por tanto, aceptación por parte de las poblaciones locales.

Trabajar con asociaciones productivas para mejorar la capacidad de gestión productiva sostenible permite al proyecto crear alianzas estratégicas para la restauración del ecosistema a la vez que crea conciencia sobre los beneficios que aporta el ecosistema de humedales. El ecosistema de humedales es una parte importante de la identidad de La Mojana, de ahí que el proyecto haya trabajado con las comunidades para recuperar esta identidad anfibia trabajando con los pulsos naturales del ecosistema en lugar de contra ellos. En este sentido, la labor de restauración forma parte de la estrategia de adaptación comunitaria en la que se ha basado el proyecto para garantizar que la resiliencia tenga en cuenta las necesidades de la comunidad y que los beneficios lleguen a las comunidades locales de forma inclusiva. Este es un aspecto clave de la teoría del cambio del proyecto y forma parte de la estrategia de sostenibilidad del proyecto al permitir un cambio de cultura hacia la actividad agroproductiva en la zona.