A pesar del potencial de ahorro a largo plazo de los biofermentadores solares, la adopción de la tecnología se ve limitada en gran medida por el coste de inversión inicial, que suele ser prohibitivo, especialmente para los pequeños agricultores.
Para permitir un acceso más amplio, GIC estableció un modelo de financiación renovable a través de sus organizaciones de productores agrícolas (OPF) asociadas, KPM y CVA, que ahora actúan como facilitadores de la adopción por parte de los pequeños agricultores de la región.
Las OPF han obtenido un préstamo a 10 años para financiar los biofermentadores solares para sus miembros. En lugar de distribuir el equipo a cambio de subvenciones gratuitas o de exigir el pago total por adelantado, las OPF implantaron un sistema de reembolso interno que permite a los agricultores devolver el coste gradualmente a lo largo de un año.
Cada año, un nuevo grupo de agricultores recibe ayuda utilizando los reembolsos recaudados en el ciclo anterior. Este sistema permite que los mismos fondos circulen anualmente, llegando así a un mayor número de beneficiarios sin necesidad de financiación externa repetida.
El modelo reduce la presión financiera sobre los agricultores individuales, fomenta el reembolso responsable y refuerza el papel de las OPF como facilitadores financieros para sus miembros. También garantiza que el acceso a los equipos no se limite a aquellos que pueden permitirse altos costes iniciales o navegar por los sistemas de crédito formales, haciendo que el modelo sea mucho más inclusivo y escalable.