En colaboración con los pescadores y las principales partes interesadas locales, diseñamos, implantamos y supervisamos reservas marinas para fomentar la recuperación de la pesca y los ecosistemas marinos, tanto dentro como fuera de las reservas. Este bloque de construcción tiene tres ramas:
1. 1. Diseño. Celebramos talleres con los usuarios de los recursos para presentar la teoría de las reservas marinas y diseñar el mapa de usos y ecosistemas. A continuación, realizamos análisis de aceptación y costes. Definimos los objetivos de las reservas, seleccionamos los mejores lugares para cumplirlos y, por último, definimos los procedimientos de funcionamiento, los planes de sostenibilidad financiera y los acuerdos formales con las cooperativas.
2. Seguimiento y evaluación. Seleccionamos indicadores y metodologías de seguimiento para recopilar los datos. A continuación, formamos a la comunidad en las técnicas de seguimiento para que puedan recopilar datos, evaluar los avances y participar en el proceso.
3. 3. Gestión. Apoyamos a nuestros socios comunitarios en todos los trámites para oficializar la reserva, así como en la elaboración y perfeccionamiento de planes operativos para el éxito y la gestión adaptativa de la reserva.
Tenemos 79.500 hectáreas marinas protegidas, más de 300 especies vigiladas y 100 pescadores mexicanos (18 de ellos mujeres) formados en técnicas de vigilancia submarina y oceanográfica.
1. Los conocimientos tradicionales.
2. Cooperativas bien organizadas que se enorgullecen de invertir en la conservación marina.
3. Buceadores que estén interesados en aprender técnicas de vigilancia.
4. Funcionarios públicos dispuestos a apoyar los esfuerzos de restauración.
Los derechos de pesca deben ir acompañados de obligaciones en materia de pesca y restauración del ecosistema. Las zonas de veda han demostrado ser un instrumento clave para la recuperación de la pesca y el ecosistema. También pueden diseñarse y aplicarse en lugares con poca información, donde se dispone de conocimientos tradicionales. La evaluación y el seguimiento de las reservas marinas son fundamentales para garantizar su eficacia. Los pescadores han demostrado ser excelentes recolectores de datos en lugares con poca información, así como en la identificación de lugares clave para la protección. Formar e implicar a los pescadores en la recogida de datos no sólo ayuda a conocer mejor el ecosistema, sino también a crear orgullo y apropiación del proyecto en la comunidad.