
Sanergy: el reto del saneamiento urbano

En los barrios marginales de las mayores ciudades de Kenia, los retretes interiores y las opciones de saneamiento suelen ser una rareza. En las ciudades en rápido desarrollo, se espera que el número de personas que viven con viviendas inadecuadas y acceso limitado a los servicios básicos se duplique hasta alcanzar los 2.000 millones en 2030. La falta de infraestructuras de saneamiento es perjudicial para la salud y el bienestar humanos e impacta negativamente en el entorno natural circundante. Los residuos domésticos y orgánicos suelen acabar en los ecosistemas y ríos locales. Las ciudades que intentan resolver este problema suelen tener dificultades para hacer frente a los elevados costes de construcción de los servicios de saneamiento. Para hacer frente a las elevadas tarifas, Sanergy ha creado una red de aseos de bajo coste que recoge y convierte los residuos orgánicos en abono y pienso para animales a base de insectos. Con este sistema circular se ofrece una alternativa de alcantarillado asequible y eficaz a los asentamientos informales de África. Sanergy se ha asociado con Nairobi, Kisumi y otras ciudades con la intención de prestar servicios de saneamiento a 1,3 millones de ciudadanos keniatas.
Impactos
Desde 2011, los aseos instalados en Nairobi se han utilizado más de 126.690 veces al día y han permitido recoger y tratar 43.473 toneladas de residuos al año. Este proyecto ofrece una solución circular para la gestión de residuos en Kenia, al tiempo que protege las corrientes de agua urbanas y evita el vertido en vertederos. El planteamiento "construir - recoger - convertir" demuestra que la crisis del saneamiento puede resolverse de forma sostenible.
Para comodidad y conveniencia de los usuarios, los cubículos de los retretes incluyen un lavamanos con jabón, agua y una papelera para la higiene femenina. Los retretes están instalados con cartuchos individuales de almacenamiento de residuos que separan los residuos sólidos de los líquidos. Los residuos se retiran en camiones y carros de mano más pequeños para garantizar el acceso a las calles estrechas y sin asfaltar de los barrios marginales de las ciudades profundas. Los residuos recogidos proporcionan un fertilizante fiable, asequible y sostenible a los agricultores kenianos para aumentar la salud del suelo y el rendimiento de los cultivos.
Además, el proyecto establece un modelo de negocio sostenible para la población local. Los cubículos están construidos con materiales locales y por trabajadores locales, a menudo habitantes de barrios marginales. Los Fresh Life Toilets se conceden en franquicia a residentes que los gestionan como negocios viables (cobrando a los clientes unos 0,05 USD por uso). Los llamados operadores de Fresh Life reciben formación en gestión empresarial y operaciones. El programa Fresh Life ya ha creado unos 300 puestos de trabajo sostenibles.