
Diversificación de los medios de subsistencia de la comunidad mediante la apicultura para la conservación del ecosistema en el Parque Nacional de Murchison Falls
La pandemia de COVID-19 afectó a la conservación y a los medios de subsistencia de las comunidades de los alrededores del Parque Nacional de las cataratas Murchison, lo que las empujó a la caza furtiva y a la destrucción del hábitat. Para hacer frente a estos problemas, EGI formó a las comunidades del subcondado de Pakanyi para que adoptaran la apicultura como medio de subsistencia alternativo, a través de un proyecto apoyado por UICN Save Our Species cofinanciado por la Unión Europea. El proyecto estableció 106 colmenas tradicionales
A través de cursos de formación comunitarios, las comunidades, entre las que se encontraban cazadores furtivos y jóvenes, recibieron formación sobre técnicas clave, como gestión de colonias, mantenimiento de colmenas, diversificación de productos y técnicas de envasado adecuadas. Gracias a ello, la producción de miel aumentó de 190 a 340 litros por cosecha. Las comunidades también elaboraron productos de valor añadido, como veneno de abeja, medicinas y vino de miel. Gracias a la mejora del envasado, los ingresos por la venta de miel aumentaron de 1,8 millones de UGX a 3,35 millones (lo que diversificó aún más sus ingresos y redujo la caza furtiva en la zona en un 60%).
Contexto
Défis à relever
Ubicación
Impactos
Gracias a este proyecto, más de 366 hogares se organizaron en grupos y se iniciaron en la apicultura.
En total se crearon 220 colmenas, con una combinación de colmenas tradicionales y modernas.
Esta iniciativa ha mejorado significativamente los ingresos de los hogares gracias a la venta de miel, productos medicinales derivados de la miel, veneno de abeja, propóleos y otros productos relacionados con las abejas. Por término medio, cada hogar gana entre 1,8 y 3,4 millones de UGX (428-809 USD) por cosecha, con un ciclo de cosecha cada cuatro meses.
Esta generación sostenible de ingresos hace frente a los principales factores que impulsan la caza furtiva, lo que ha dado lugar a una notable reducción del 81% de la caza furtiva, como señaló el responsable de conservación de la UWA: "El enfoque de EGI para abordar las necesidades de ingresos y seguridad alimentaria de las comunidades ha contribuido en gran medida a reducir la caza furtiva."
Al diversificar sus fuentes de ingresos, estas comunidades están ahora también mejor equipadas para hacer frente a los efectos del cambio climático, como sequías e inundaciones prolongadas, que afectan negativamente a la agricultura.
La reducción de las actividades de caza furtiva también se consiguió gracias a la sensibilización de la comunidad, en la que se destacaron, entre otras cosas, los beneficios de la conservación de la fauna salvaje y el potencial de mercado de los productos derivados de la miel.
Además, el proyecto ha minimizado los conflictos entre humanos y animales salvajes y ha evitado represalias contra éstos. Este éxito se debe a los eficaces esfuerzos de sensibilización de la comunidad y a la disponibilidad de un número de teléfono gratuito de confianza para denunciar los casos.