En 2012, la ciudad de Osaka puso en marcha un amplio proyecto denominado Visión del distrito especial de Nishinari, cuyo objetivo era revitalizar el distrito de Airin. Este proyecto, combinado con las medidas ascendentes, permitió aplicar medidas de mejora de la comunidad a un ritmo sin precedentes. En cinco años se invirtieron 6.700 millones de yenes.
La Visión del Distrito Especial de Nishinari pretendía tomar medidas para revitalizar la zona, protegiendo la vida de las personas que han estado viviendo allí. Para lograr un cambio inmediato de percepción, ideó el eslogan "una ciudad donde se oigan las voces de los niños".
El plan de visión se organizó en tres fases:
Fase intensiva: se decidió llevar a cabo medidas destinadas a mejorar el entorno de la comunidad, como la prevención de la tuberculosis y la instalación de cámaras de seguridad.
Medidas a medio y largo plazo: implicaba la provisión de viviendas de calidad para hogares con niños, la puesta en marcha de un centro para el turismo internacional, entre otras medidas.
Proyecto de inversión futura y fase de grandes empresas: para definir la reurbanización de la zona del frente de la estación y la utilización eficaz de los terrenos públicos no utilizados.
- Elecciones estratégicas en la visión del distrito por parte del gobierno municipal para la gestión de los espacios públicos, la ubicación de los equipamientos urbanos y las infraestructuras sociales.
- Una clara visión de futuro compartida con un amplio abanico de partes interesadas
El impacto de la visión del distrito especial de Nishinari y las medidas ascendentes provocaron un cambio significativo en la percepción pública del distrito de Airin. En el pasado, existía la fuerte percepción de que Airin era una ciudad peligrosa, sucia e intocable. En los últimos años, sin embargo, ha aumentado el número de turistas (tanto de ultramar como de otras partes de Japón) que quieren ver la auténtica Osaka en el ambiente acogedor de un barrio comercial y obrero tradicional.