
Resistiendo a los intrusos: La batalla para salvar los ferrocarriles de Okinawa de una amenaza introducida

El rascón de Okinawa(Hypotaenidia okinawae) evolucionó para ser una especie casi no voladora, sustentada por un ecosistema insular único en el que no había mamíferos carnívoros, hasta que llegó el hombre. La introducción de poblaciones de mangostas ha diezmado a estos rascones, de los que quedaban menos de 1.000 en 2006. La CPSG organizó talleres en los que se decidió que los Yambaru Mongoose Busters, un grupo de gestores profesionales de especies invasoras y sus perros olfateadores de mangostas altamente adiestrados, se desplazaran diariamente a Yambaru para rastrear, atrapar y eliminar mangostas. En 2010, habían alcanzado el primer objetivo del plan de acción: asegurar una zona libre de mangostas en el norte de la isla, y en 2020, las mangostas habían desaparecido de la mayoría de las zonas al norte de la valla. Los esfuerzos para ganar la siguiente batalla -la erradicación regional completa de las mangostas al norte de la valla a prueba de mangostas- continúan sin descanso. Al mismo tiempo, tal y como se recomendó en el taller, el Ministerio de Medio Ambiente de Japón creó una política de cría centrada en la conservación de los rascones de Okinawa.
Impactos
En 2012 se estableció una población cautiva grande y genéticamente sana, que incorpora aves rescatadas que han sido heridas por coches y rehabilitadas en los centros, así como huevos que fueron abandonados por sus padres después de que actividades humanas, como la siega de praderas, interrumpieran sus nidos. A partir de 2019, prospera una población cautiva de unas 80 aves, de las que 45 han sido liberadas en hábitats libres de mangostas desde 2014. Además, un nuevo parque nacional, llamado Parque Nacional de Yambaru en honor a las aves, protege el corazón del hábitat del rascón de Oknawa. Las autoridades locales de conservación estiman que la población salvaje de rascón de Okinawa ha aumentado a unos 1.500 ejemplares, gracias a la disminución de la depredación de las mangostas. Los rascones se han visto en zonas donde antes se creía que habían desaparecido por completo. Al trabajar con la CPSG para organizar sus esfuerzos de conservación en colaboración, las partes interesadas han dado a estos monumentos nacionales vivos una segunda oportunidad de prosperar.