Estudio de soluciones climáticas en transporte

En Costa Rica, el sector transporte es la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, generando el 75% de las emisiones del sector energético y el 52% de las emisiones netas del país. Su alto impacto en la huella de carbono hace urgente la adopción de estrategias efectivas para reducir estas emisiones y avanzar hacia los objetivos climáticos nacionales.

Como parte del desarrollo de la Metodología y la Herramienta Hoja de Ruta Climática Empresarial (HRCE), se realizaron estudios sobre soluciones de acción climática en transporte para identificar, evaluar y priorizar medidas que reduzcan emisiones y fortalezcan la sostenibilidad del sector. Estos estudios funcionan como guías de transición tecnológica, facilitando la visualización de hojas de ruta para la descarbonización. 

Uno de los componentes clave del estudio es el análisis financiero costo-beneficio, que permite evaluar la viabilidad económica de cada solución y sus impactos en el mediano y largo plazo. A partir de este análisis, se identifican y priorizan las soluciones más efectivas, considerando no solo su impacto ambiental, sino también su factibilidad de implementación y beneficios colaterales, como mejoras en la calidad del aire o en la movilidad urbana.

Para sustentar este análisis, se emplea el modelo OSeMOSYS-CR 2, una versión ajustada de la plataforma de simulación OSeMOSYS (Open Source Energy Modeling System), que permite realizar simulaciones tecno-económicas de largo plazo. En el contexto del transporte, este modelo ha sido re-parametrizado con base en los informes técnicos elaborados, asegurando que los escenarios analizados reflejen con precisión la realidad nacional y permitan identificar soluciones viables y sostenibles.

El éxito del estudio depende de varios factores clave:

  • Disponibilidad de datos sobre movilidad, emisiones y costos.
  • Coordinación interinstitucional entre entidades de transporte, ambiente y planificación.
  • Participación del sector privado, incluyendo operadores y fabricantes.
  • Marcos regulatorios y políticas públicas que favorezcan la implementación de soluciones sostenibles.
  • Acceso a financiamiento para proyectos de movilidad sostenible.
  • La modelización de escenarios es una herramienta esencial para evaluar rutas de acción, pero su efectividad depende de la calidad de los datos y la adaptabilidad a contextos locales.
  • El análisis costo-beneficio es clave para la toma de decisiones, pero debe complementarse con consideraciones sociales y ambientales.
  • La priorización de soluciones debe equilibrar viabilidad técnica y financiera con impactos a largo plazo en la sostenibilidad del sistema de transporte.
  • La cooperación entre actores públicos y privados facilita la implementación de las medidas identificadas.

Estos estudios proporcionan una base técnica para el diseño de políticas y proyectos que impulsen la movilidad baja en carbono, contribuyendo a los compromisos climáticos nacionales e internacionales.