















Una vez identificados los espacios con mayor necesidad de reforestación urbana, se seleccionaron centros educativos con potencial para desarrollar intervenciones de reforestación escolar. Posteriormente, el proyecto se compartió con la Secretaría de Educación correspondiente para verificar la viabilidad de las escuelas elegidas. De esta manera, la escuela primaria Alfonso Arroyo Flores, ubicada en el municipio de Boca del Río, fue seleccionada para esta actividad. Se realizó una visita al instituto para presentar y socializar la iniciativa ante las autoridades escolares, asegurando su colaboración y apoyo en la implementación de las actividades de reforestación.
El siguiente paso fue la elaboración de un estudio diagnóstico de la zona de intervención para analizar la fertilidad del suelo, complementado con un vuelo de dron para generar el diseño de las intervenciones. Este diseño, validado por la comunidad escolar, se basó en el Método Miyawaki, un enfoque de forestación de alta diversidad y densidad que acelera el desarrollo de la vegetación y otros procesos ecológicos.
La implementación de las actividades de reforestación se dividió en dos etapas. La primera etapa se centró en la concientización y educación ambiental. Se llevó a cabo una explicación a la comunidad estudiantil, que incluía a niños, jóvenes y docentes, sobre la importancia de los árboles en entornos urbanos y los principios de los bosques Miyawaki, así como los puntos críticos en el proceso de reforestación. Se utilizó un lenguaje accesible y apropiado para el grupo de edad, promoviendo la participación activa para facilitar un aprendizaje significativo. En la segunda etapa, se pusieron en práctica los conocimientos adquiridos durante la etapa anterior y se llevó a cabo la reforestación escolar en conjunto con los niños.
Esta experiencia no solo permitió la mejora tangible de la infraestructura verde, sino que también brindó la oportunidad de concientizar a los estudiantes y permitirles experimentar de manera sensorial el proceso de reforestación.
- La colaboración y respaldo de la Secretaría de Educación y las autoridades escolares fueron fundamentales para asegurar la viabilidad de las intervenciones.
- La involucración activa de la comunidad escolar, incluyendo estudiantes, docentes y padres de familia, fomentó un sentido de pertenencia y responsabilidad hacia el proyecto.
- Considerar la opinión de los niños como principales usuarios y beneficiarios del espacio escolar.
- Involucrar a toda la comunidad escolar desde el inicio del proyecto aumenta el sentido de pertenencia y responsabilidad hacia los espacios verdes.
- Utilizar la reforestación escolar como una herramienta pedagógica es esencial para asegurar la sostenibilidad a largo plazo de estos proyectos. Las actividades prácticas de plantación y cuidado de árboles proporcionan lecciones valiosas sobre ecología, sostenibilidad y responsabilidad ambiental.