En este caso, el saiga se utiliza para catalizar esta increíble iniciativa de protección que también pretende restablecer poblaciones autosostenibles de otros grandes herbívoros de pastoreo esteparios originales: el caballo de Przewalski, el kulan y la gacela boba, así como comprender el papel del lobo "estepario" en el mantenimiento de poblaciones sanas de antílopes saiga y garantizar que todas estas zonas, su rica fauna y las comunidades locales puedan sostenerse económicamente a largo plazo.
El factor clave que lo ha hecho posible es la formidable asociación entre múltiples organizaciones conservacionistas y el Gobierno de Kazajstán, que siempre ha considerado este proyecto como un proceso a largo plazo.
La iniciativa la lleva a cabo la ACBK con el apoyo del Comité de Silvicultura y Vida Silvestre del Ministerio de Agricultura de Kazajstán, Fauna & Flora International, la Sociedad Zoológica de Fráncfort y la Real Sociedad para la Protección de las Aves, y complementa la labor de las autoridades nacionales.
El antílope saiga sufrió una mortandad masiva en 2015. Las condiciones climáticas transformaron una infección bacteriana normalmente inofensiva en un peligroso brote que mató a más del 60% de los antílopes saiga. Más de 200.000 antílopes saiga murieron de una virulenta infección en un periodo de 3 semanas. Se identificó como causa una bacteria(Pasteurella multocida) que provocó extensas hemorragias internas. Esta bacteria no suele dañar a los saiga sanos, lo que sugiere que un factor ambiental podría haber hecho más peligroso al microbio. El equipo analizó datos meteorológicos desde 1979 hasta mediados de la década de 2010, un periodo que incluyó tres mortandades masivas de saiga: en 1981, 1988 y 2015. Descubrieron que los brotes estaban relacionados con temperaturas y niveles de humedad diarios relativamente altos.
Es necesaria una gestión cuidadosa para proteger a las poblaciones restantes de esta especie en peligro crítico, especialmente ante el cambio climático.