Carbono azul de la A a la Z: de los pequeños proyectos a la elaboración de políticas

Solución completa
La investigación sobre los manglares ayuda a mejorar la planificación y el diseño de proyectos de "carbono azul".
Miguel Cifuentes

El carbono azul es todavía un concepto nuevo que necesita la facilitación adecuada para poner en marcha proyectos y promover acciones de carbono azul. El CATIE adopta medidas pertinentes para facilitar el desarrollo de marcos científicos y políticos sólidos: inventarios de reservas de carbono, estudios sobre los medios de subsistencia y la vulnerabilidad, evaluación de la dinámica del uso de la tierra y las emisiones históricas asociadas, facilitación del desarrollo de políticas y promoción de capacidades en toda la región de América Central y América Latina.

Última actualización: 08 Feb 2023
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Contexto
Défis à relever
Incremento de temperatura
Degradación de tierras y bosques
Pérdida de la biodiversidad
Aumento del nivel del mar
Mareas altas (tormentas)
Ciclones tropicales / tifones
Tsunami/Marejada
Usos conflictivos / impactos acumulativos
Erosión
Pérdida de ecosistemas
Contaminación (incluida la eutrofización y la basura)
Cosecha insostenible, incluida la sobrepesca
Extracción de recursos físicos
Falta de capacidad técnica
Falta de conciencia del público y de los responsables de la toma de decisiones

Conocimientos y orientación limitados para el diseño y la ejecución de proyectos de carbono azul. A pesar del creciente interés por el carbono azul, los promotores de proyectos y los países disponen de una orientación limitada para diseñar y ejecutar iniciativas que puedan ofrecer beneficios de mitigación y adaptación al cambio climático y, al mismo tiempo, mejorar los medios de subsistencia de las comunidades costeras. El CATIE aborda estas necesidades a través de un paquete cohesionado de investigación científica y asesoramiento político en todo el continente americano.

Escala de aplicación
Local
Subnacional
Nacional
Multinacional
Ecosistemas
Manglares
Tema
Adaptación al cambio climático
Mitigación del cambio climático
Servicios ecosistémicos
Financiación sostenible
Marco legal y normativo
Medios de vida sostenibles
Islas
Actores locales
Manejo espacial de la zona marino-costera
Gestión del suelo
Ordenamiento territorial terrestre
Manejo de cuencas
Ciencia y investigación
Elaboración de políticas
Ubicación
Golfo de Nicoya, Costa Rica
El Caribe
América Central
Sudamérica
Procesar
Resumen del proceso

Los componentes básicos pueden funcionar conjuntamente a escala local y nacional. Los inventarios locales de carbono (building block 1) y la modelización geoespacial (building block 3), junto con las evaluaciones de los medios de subsistencia y la vulnerabilidad (building block 2), proporcionan información para priorizar la selección de emplazamientos y fundamentar la toma de decisiones a escala nacional. La población local y los técnicos gubernamentales pueden ser contratados y formados para mejorar sus capacidades y ampliar sus experiencias. A nivel nacional, el desarrollo de marcos políticos nacionales (building block 5) permite la inclusión de elementos de carbono azul en la contabilidad y los presupuestos nacionales de emisiones, los planes de mitigación y adaptación, las estrategias de restauración, los inventarios forestales nacionales, y REDD+ y MRV. Además, los datos de valoración económica (building block 4) son necesarios para diseñar mecanismos financieros que permitan posibles transferencias de fondos para promover la conservación local y potenciar el desarrollo local. Además, la integración de estos componentes básicos en todo el continente americano está diseñada para promover una red regional de científicos y profesionales del carbono azul, así como políticas y proyectos que integren los objetivos de mitigación y adaptación al tiempo que promueven el desarrollo local (componente básico 6).

Bloques de construcción
Inventarios de carbono en los ecosistemas de manglares
Los inventarios de carbono proporcionan la base para cuantificar las existencias actuales y las superficies de manglares necesarias para estimar las emisiones históricas. Permiten caracterizar el entorno, describir la flora y la estructura horizontal y vertical de los rodales, así como su estado. Las evaluaciones del carbono también pueden impulsar la participación local y el desarrollo de capacidades. Cuando se repiten a lo largo del tiempo en el marco de un sistema de seguimiento sólido, proporcionan tasas de crecimiento y acumulación de carbono que se utilizan para calcular cifras de emisiones de mayor calidad que las disponibles en la actualidad.
Factores facilitadores
La implicación del gobierno y las autoridades locales es clave. Los funcionarios gubernamentales (locales y nacionales) deben conocer el proceso para que puedan reconocer el valor de los inventarios a la hora de proporcionar datos detallados sobre ecosistemas muy vulnerables. La implicación de los agentes locales es clave para que adquieran poder y se apropien del proyecto. Además, su conocimiento de la zona favorece la selección del emplazamiento del proyecto y garantiza unas condiciones de trabajo más seguras.
Lección aprendida
La calidad de los inventarios depende del uso de protocolos coherentes y del nivel de formación del personal. El trabajo en los manglares es más difícil que en los ecosistemas terrestres, y la seguridad de los trabajadores debe ser una prioridad absoluta. La logística que supone el uso de embarcaciones para acceder a los lugares de trabajo, los breves intervalos de tiempo entre mareas y la dificultad del terreno impiden la realización rápida de las tareas, lo que, a su vez, aumenta los costes y la duración del trabajo de campo. Con la participación local, estos costes pueden controlarse, ya que las tarifas de alquiler de embarcaciones pueden reducirse o suprimirse. Además, recoger y procesar muestras de suelo sobre el terreno es un reto debido a su altísimo contenido en agua, lo que implica que hay que organizar con antelación las instalaciones del laboratorio. Es muy recomendable que la población local participe en los inventarios por su conocimiento de primera mano de la zona, el comportamiento de las mareas y la dinámica de uso del suelo. Las herramientas SIG facilitan la planificación de los inventarios.
Evaluación de la vulnerabilidad social y ecológica
Para construir un proyecto sólido de carbono azul, hay que comprender claramente los medios de subsistencia locales y cómo están vinculados a los ecosistemas de manglares circundantes mediante una evaluación de los medios de subsistencia. Esto incluye un análisis de la vulnerabilidad social a los efectos del cambio climático. Los elementos sociales y ecológicos de la evaluación proporcionan información que ayuda a conceptualizar proyectos específicos de carbono azul con intervenciones que benefician a las comunidades locales aumentando su resiliencia, diversificando su base de producción y mejorando su gobernanza y capital humano.
Factores facilitadores
Se requieren contactos previos con las autoridades locales, ONG y líderes locales. El proyecto debe explicarse de forma no técnica para que la población local, con distintos grados de educación e interés, pueda al menos conocer los componentes del proyecto y los beneficios potenciales para la comunidad. Se necesitan profesionales bien formados y expertos en diagnósticos comunitarios, facilitación de grupos y resolución de conflictos para navegar por los matices sociales que un observador casual puede pasar por alto.
Lección aprendida
Las prioridades y percepciones de las comunidades y organizaciones locales pueden diferir frecuente y significativamente. El interés local por un proyecto puede ser mínimo o inexistente, y las expectativas de los diseñadores del proyecto pueden diferir de las de las comunidades. Es posible que los observadores externos no comprendan del todo la dinámica, los conflictos, los retos y las necesidades locales, por lo que es importante que en todas las fases participen personas formadas en herramientas de ciencias sociales. Contar con un líder local que acepte la idea de un proyecto de carbono azul ayuda a generar confianza entre la comunidad, aumenta su participación y abre la puerta a diálogos más transparentes con la comunidad. Estar abierto a las necesidades y deseos locales, y dedicar tiempo a conocer a la gente y sumergirse en su vida cotidiana puede aportar información útil para el desarrollo del proyecto. Los efectos del cambio climático pueden ser prioridades menores en comparación con necesidades mucho más urgentes de la comunidad en materia de salud, educación e infraestructuras.
Modelización geoespacial y de emisiones
La evaluación de la dinámica histórica del uso del suelo en las zonas costeras se basa en el análisis geoespacial de una secuencia de imágenes de satélite. Clasifica las categorías de uso del suelo y cómo cambia su superficie a lo largo del tiempo. A partir de esta dinámica, puede estimarse mediante modelización la cuantificación de las emisiones de carbono asociadas a la conversión de los manglares en otros usos del suelo. Esto proporciona tanto una evaluación de las reservas de carbono perdidas como una identificación de las áreas adecuadas para la restauración. Esto también puede vincularse a las estimaciones de la pérdida de capital natural a lo largo del tiempo.
Factores facilitadores
El principal requisito es la disponibilidad de una serie coherente de imágenes por satélite que esté libre de nubosidad y ofrezca una resolución espacial suficiente para diferenciar los rodales (y tipos) de manglares, la agricultura circundante y otros usos humanos del paisaje. También son importantes las capacidades locales o nacionales para el procesamiento por teledetección y los análisis SIG avanzados de las características costeras. La modelización de las emisiones es un reto que debe resolverse mediante la mejora de las capacidades.
Lección aprendida
Aunque se dispone fácilmente de instalaciones de SIG y de personal formado, en el campo de los SIG y de la teledetección aún faltan capacidades para clasificar adecuadamente los distintos tipos de manglares dentro de un rodal, especialmente cuando se utilizan imágenes de mayor resolución. Hemos estado explorando la aplicación de técnicas innovadoras de procesamiento y clasificación de imágenes con buenos resultados. Sin embargo, el proceso no puede automatizarse por completo y los análisis requieren tiempo y la opinión de expertos. El acceso a una serie de imágenes consistentemente libres de nubes a lo largo de diferentes fechas es un reto. A esto se suma el mal funcionamiento de un satélite muy conocido, que limita aún más la disponibilidad de imágenes adecuadas para los análisis. La ampliación de los análisis de la escala local a la subnacional y a la regional presenta retos adicionales en cuanto a la resolución espacial, el volumen de datos para los análisis y el tiempo necesario.
Valoración de los servicios ecosistémicos

La cuantificación del valor de los servicios ecosistémicos prestados por los manglares a las comunidades locales es un componente necesario de los proyectos de carbono azul. Esto informa el diseño de los esquemas de Pago por Servicios Ecosistémicos (PSE). Como una valoración completa es difícil y costosa, los servicios prioritarios se eligen mediante un proceso participativo de consulta con las comunidades locales. Los datos brutos se recogen localmente y se extraen mediante búsquedas bibliográficas y entrevistas. Los resultados destacan la importancia de los ecosistemas costero-marinos ante los responsables de la toma de decisiones, ya que las pérdidas de manglares pueden explicarse como pérdidas de capital.

Factores facilitadores

La disponibilidad de datos locales y nacionales es un factor determinante para una valoración adecuada de los servicios ecosistémicos. Incluso cuando no se disponga de esos datos, las relaciones con los funcionarios locales pueden proporcionar criterios y aportaciones de expertos útiles. Asimismo, la participación de las comunidades en los diagnósticos para identificar y posteriormente cuantificar los servicios prioritarios es importante para garantizar su implicación en el proceso. También es necesaria una comprensión clara de los medios de vida locales.

Lección aprendida

La percepción local de lo que constituye un servicio ecosistémico "prioritario" para su valoración puede diferir de la de los promotores e investigadores del proyecto. Además, la escasez de datos puede limitar el alcance del estudio de valoración. Por tanto, puede ser necesario negociar con la población local durante la fase de diagnóstico preliminar qué servicios satisfacen sus necesidades y las del proyecto, y cuáles pueden valorarse. La amplia gama de servicios que prestan los manglares y los ecosistemas costero-marinos circundantes hace que un ejercicio de valoración completo sea muy difícil. Por ello, la mayoría de los estudios de valoración son parciales y dependen de una serie de supuestos y de una variedad de métodos diferentes. Es muy ventajoso tener buenas relaciones de trabajo con los representantes del gobierno encargados del procesamiento y archivo de datos, así como una sólida comprensión de los detalles de los medios de subsistencia y los modelos empresariales locales, razón por la cual debe realizarse paralelamente un estudio de los medios de subsistencia.

Desarrollo de marcos políticos nacionales

La existencia de marcos políticos sólidos facilita el diseño y la aplicación de iniciativas locales y nacionales de carbono azul. Estas políticas promueven el apoyo oficial del gobierno y los cimientos de las funciones institucionales, y ofrecen vínculos con otras políticas, mecanismos y estrategias nacionales e internacionales (como las NDC, REDD+ y NAMA). El proceso de elaboración de políticas comienza con consultas informales con las autoridades nacionales para trazar un mapa de actores, calibrar su interés y obtener su apoyo. Dado que se trata de construcciones a escala nacional, el asesoramiento estratégico y la facilitación del proceso son importantes.

Factores facilitadores

Lo más importante es suscitar el interés y el apoyo de las autoridades nacionales con poder de decisión, ya que la elaboración de políticas es una función gubernamental y no debe imponerse a un país. La existencia de otras políticas medioambientales, costero-marinas o de cambio climático permite alinear o incorporar las nociones de la política del carbono azul dentro de las políticas preexistentes. La disponibilidad y comunicación de datos científicos sólidos para el público también es importante durante la elaboración de políticas.

Lección aprendida

Según nuestra experiencia, es necesaria una "socialización" inicial (suministro, introducción y comunicación) de la información y los principios básicos del carbono azul a través de reuniones formales e informales con funcionarios del país en múltiples niveles de toma de decisiones. A continuación, debe considerarse una clara comprensión de las necesidades y prioridades actuales del país, y cómo pueden satisfacerse mediante acciones de carbono azul, para garantizar que el proceso sea compatible con los procesos nacionales en curso y los compromisos internacionales en materia de cambio climático y conservación. El papel de las personas que facilitan el proceso político es clave para ofrecer información sólida, comprender las necesidades de los países, garantizar que se satisfacen los intereses de los diferentes actores, negociar asuntos complejos y mediar en los conflictos que puedan surgir. El ritmo al que los gobiernos responden a procesos específicos no es necesariamente compatible con los objetivos a corto plazo del desarrollo y la ejecución de proyectos locales o la cooperación internacional.

Fomento de las redes de carbono azul
Se está trabajando para ampliar y transferir las lecciones aprendidas de los proyectos actuales a otros países de América Central y del Sur. Es necesario difundir los conocimientos básicos sobre el carbono azul a múltiples niveles y escalas, identificar a los "campeones" locales y calibrar el interés en reproducir las experiencias. El establecimiento de una red de profesionales, científicos especializados en carbono azul y responsables de la toma de decisiones fomenta el intercambio de experiencias e información, sirviendo así de catalizador para futuros trabajos. Además, los vínculos con iniciativas mundiales garantizan marcos de trabajo comunes para alcanzar objetivos similares.
Factores facilitadores
Por encima de todo, es necesario promover las capacidades locales y regionales para que se utilicen un lenguaje, unos objetivos y unas expectativas comunes en torno al carbono azul más allá de las fronteras nacionales. Es necesario contar con "campeones" o puntos focales locales que impulsen el desarrollo de proyectos de investigación y listos para el mercado y ayuden a desarrollar marcos políticos nacionales. Una vez alcanzada una masa crítica de personas, hay que buscar vías de financiación que promuevan el intercambio de conocimientos y las actividades piloto.
Lección aprendida
El interés por los proyectos de carbono azul está aumentando en toda América, pero aún se necesita una masa crítica de científicos, profesionales y responsables políticos. La comprensión de los fundamentos científicos y políticos del carbono azul se encuentra aún en una fase incipiente en muchos países, por lo que los mensajes clave deben transmitirse oportunamente al público adecuado. La literatura internacional aún necesita romper las barreras lingüísticas para facilitar la difusión entre múltiples actores. Es necesario identificar a personas clave en los gobiernos y los institutos de investigación con conocimientos y experiencia previos o interés actual en el carbono azul para que puedan actuar como puntos focales en sus países o subregiones y difundir información, diseñar y poner en marcha iniciativas locales y facilitar la ampliación. Es necesario comprender la cultura de compartir información y datos en toda América Latina para promover diálogos y acciones de manera productiva.
Impactos

Social: En el Golfo de Nicoya, Costa Rica, las personas de las organizaciones locales ven mejoradas sus capacidades y se les capacita aún más para conservar los recursos de los manglares gracias a una mejor comprensión de su importancia para la mitigación del cambio climático y la adaptación al mismo. Económicos: Proporcionamos la primera estimación de la pérdida de capital natural (manglar) debida a la pérdida de superficie de manglar en el Golfo de Nicoya, Costa Rica. Ecológico: El Gobierno de El Salvador se comprometió a duplicar para 2016 la superficie de manglares bajo planes de gestión sostenible gracias a las intervenciones de carbono azul iniciadas en 2014.

Beneficiarios

Gobiernos e instituciones de inventario, notificación y verificación de gases de efecto invernadero

Objetivos de Desarrollo Sostenible
ODS 13 - Acción por el clima
ODS 14 - Vida submarina
ODS 15 - Vida de ecosistemas terrestres
Historia

El CATIE lidera la ciencia del carbono azul y el desarrollo de políticas en toda Centroamérica. Empezamos con pequeños proyectos de inventario de carbono en Costa Rica, que ahora se han reproducido en Panamá, El Salvador y Honduras. Posteriormente, se incorporaron otros elementos básicos a nuestro paquete de aplicación a medida que se promovía un mayor interés por el carbono azul. Un proyecto reciente en el Golfo de Nicoya (Costa Rica) ejemplifica la integración de muchos de los componentes descritos en la solución. Nos asociamos con Conservación Internacional para desarrollar un proyecto participativo que incluyera la restauración de manglares, el desarrollo de capacidades de organizaciones locales y personas desde edad escolar hasta adultos, una evaluación de los medios de subsistencia, un estudio de vulnerabilidad al cambio climático junto con estrategias locales de adaptación propuestas, la valoración de los servicios ecosistémicos e inventarios de carbono a nivel de ecosistema. Paralelamente, estamos facilitando el desarrollo de una estrategia y un plan de acción de carbono azul para el país, que formará parte de la declaración de la Política Nacional de Humedales que está elaborando el Gobierno de Costa Rica. Los resultados de este proyecto y de otros anteriores han aparecido en las noticias locales y en las redes sociales, lo que ha despertado el interés por el carbono azul en el país y en otros lugares de Centroamérica. Esto ha llevado a la mayoría de los países de la región a reconocer la importancia de los manglares como sumideros críticos de carbono y a incluirlos como estratos separados en sus inventarios forestales nacionales y en sus planes de MRV (medición, notificación y verificación) de REDD+ (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los Bosques). Es inspirador ver cómo algo que empezó como un pequeño proyecto piloto de investigación en un área protegida de Costa Rica ha alimentado diálogos en toda Centroamérica, México e incluso tan al sur como Ecuador, y ahora tiene el potencial de servir de base para colaboraciones científicas y políticas mucho mayores. Todavía nos enfrentamos a retos relacionados con el diseño de proyectos (es decir, directrices de buenas prácticas y normas y metodologías internacionales estandarizadas) y la ejecución (es decir, garantizar que los proyectos puedan aportar beneficios sociales, aumentar la resiliencia de las comunidades costeras y mejorar los medios de vida locales), pero confiamos en que las fuentes de financiación y el apoyo internacional nos permitirán seguir ofreciendo soluciones de carbono azul de la mejor calidad en América Central y del Sur.

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Otros colaboradores
Miguel Cifuentes-Jara
Centro Agronómico Tropical de Enseñanza Superior (CATIE)