Utilizar un enfoque verdaderamente co-creativo y adaptado a las circunstancias locales para la participación y gobernanza de la comunidad y de las partes interesadas.

El enfoque del proyecto respecto a la participación de la comunidad consiste siempre en escuchar primero, comprender los problemas y preocupaciones locales y debatir la cuestión de los elefantes en este contexto. Reconocer todos los puntos de vista y desarrollar una perspectiva común del problema es un primer paso clave. Identificar los parámetros del problema y la visión común es el siguiente paso. Para entonces, pedir a las comunidades que conciban una solución, con el MEP como parte interesada, genera su confianza e imparte propiedad, fomentando así la sostenibilidad.

Implica muchas incógnitas, requiere flexibilidad y disposición a aprender, pero significa que las iniciativas tienen muchas más probabilidades de éxito porque se basan en los conocimientos y la experiencia locales existentes, y son validadas y adoptadas automáticamente por los participantes desde el principio, elementos esenciales para crear soluciones adaptadas localmente y, por tanto, sólidas/resilientes.

El proceso implica la participación activa de los alcaldes de los municipios y de los servicios técnicos del gobierno, cuyo papel es apoyar a las comunidades en la puesta en marcha de iniciativas locales y su integración en los planes de desarrollo de los municipios. Todos tienen que demostrar su compromiso para que las actividades del proyecto sigan adelante. Esto refuerza la gobernanza local al capacitar a todas las partes interesadas para asumir juntas la responsabilidad de la gestión de sus recursos naturales.

La legislación de descentralización de Malí pone la gestión de los recursos naturales en manos de las comunidades locales.

Abordar el problema con una mentalidad abierta, sin una solución preconcebida, dejando que el contexto local diera forma a la solución y que ésta surgiera de un diálogo abierto con las comunidades locales fue clave para establecer la confianza y la colaboración.

Reunir un equipo local originario de la zona, con un auténtico conocimiento de las costumbres locales, la cultura y sus sutiles variaciones, y sólidas dotes de facilitación es uno de los activos más fuertes del proyecto.

El uso del suelo (hábitat y biodiversidad) es el problema clave en estos entornos.

Este planteamiento garantiza la aceptación y la confianza de la comunidad, esenciales para el éxito a largo plazo.

Era desalentador implicar a las comunidades locales por si se decidían en contra de la conservación de los elefantes, pero era la única forma de idear una solución sostenible y resultó que la gran mayoría valoraba a los elefantes.

Es importante que el equipo local sea de la zona, apasionado por la causa. Puede que no sean los más cualificados, pero su capacidad como facilitadores es la cualidad predominante para el éxito, junto con una motivación genuina y la fiabilidad.

Significa desarrollar su capacidad en otras áreas, lo que puede llevar más tiempo, pero es mejor que coger a personas cualificadas de otros lugares y fundamentar aún más su contribución a nivel local.

La gente puede decir las cosas que percibe como más ventajosas para ellos, razón de más para contar con facilitadores locales. También ha significado que el proyecto ha podido continuar a pesar de la extrema anarquía.

Las comunidades locales estaban entusiasmadas con la visión a largo plazo de restaurar el ecosistema y la vida salvaje que se habían perdido.