

Formamos a mujeres y niñas locales para que se conviertan en embajadoras de la salud (AS) en sus comunidades y actúen como agentes de extensión de los servicios sanitarios públicos. Como parte de este programa, trabajamos con las oficinas sanitarias del gobierno local para mejorar el acceso a los servicios sanitarios, la salud de la comunidad y mejorar los derechos reproductivos de las mujeres a través de la extensión de los servicios sanitarios del gobierno en los pueblos asociados. Seguimos el enfoque Gente-Salud-Medio Ambiente (PHE) que pretende mejorar la salud de la comunidad a través de la promoción de la salud y mejorar el acceso a los servicios básicos. Una vez identificados los posibles HA, reciben una serie de cursos de formación impartidos por nuestro personal y 3 cursos adicionales impartidos por el organismo gubernamental pertinente. Una vez completada con éxito la formación, los asesores empiezan a realizar visitas semanales a los hogares de sus comunidades. Durante estas visitas, evalúan las actividades de cada hogar y proporcionan información sobre salud prenatal y posnatal, anticonceptivos, cuestiones de saneamiento, efectos del tabaco y nutrición. La información se proporciona mediante carteles y vídeos que se reproducen en los teléfonos inteligentes que llevan los embajadores de la salud.
Los factores que facilitan la aplicación de este programa son la falta de acceso a tales servicios en la comunidad y la existencia de un vínculo entre la salud humana y la salud del ecosistema. Se necesitan audiencias o talleres comunitarios para poner en marcha esta intervención, ya que a menudo las comunidades desconocen las medidas de salud pública y no identifican la mala salud como un obstáculo para el compromiso y el bienestar de la comunidad. Hemos comprobado que esto suele ocurrir cuando las comunidades tienden a centrarse en medidas monetarias de la pobreza rural, en lugar de identificar la educación, la salud y otros indicadores de bienestar.
Se han aprendido varias lecciones importantes. En primer lugar, las iniciativas sanitarias comunitarias, cuando se aplican correctamente con una prestación de servicios de alta calidad, pueden ser esenciales para abrir la puerta a una mayor participación de la comunidad. Es difícil participar en la gestión de los recursos naturales cuando uno está enfermo o tiene familiares enfermos. Por lo tanto, mejorar la salud de los hogares puede abrir la puerta a una mayor participación en los programas comunitarios. En segundo lugar, las intervenciones de salud comunitaria son esenciales para crear relaciones positivas y confianza entre las ONG y las comunidades locales. Esto puede ayudar a crear asociaciones más sólidas, facilitar la colaboración y crear un espacio para conversaciones más difíciles sobre las interacciones socioecológicas.