Las comunidades de pescadores artesanales se vieron muy afectadas por la pandemia de COVID-19. La reducción de la demanda de marisco debido a la interrupción de la distribución y a la disminución del turismo provocó una reducción de los precios del marisco, lo que se tradujo en un descenso significativo de los ingresos familiares. Tener acceso a medios de subsistencia alternativos y/o acceso a ahorros ayudó a mitigar esta pérdida de ingresos.
Los programas de medios de vida alternativos pueden aumentar la resistencia local a las crisis económicas. Las alternativas a las que se tuvo acceso durante la crisis de COVID-19 incluyeron el cultivo de algas y pepinos de mar, el secado o ahumado de pescado para conservarlo y almacenarlo hasta que los mercados se recuperen y vuelvan los recolectores.
Los grupos de ahorro y préstamo dirigidos por la comunidad han proporcionado un amortiguador crítico contra las dificultades financieras, ya que permiten a la gente ahorrar dinero y acceder a créditos en zonas remotas donde de otro modo no sería posible. Estos grupos comunitarios, dirigidos a nivel local, reúnen sus ahorros para hacer frente a las dificultades financieras y conceden préstamos a los más necesitados dentro de su grupo.
- Relaciones sólidas con las comunidades
- Cierres de pesquerías de corta duración, que proporcionan rápidos beneficios económicos a las comunidades y aumentan periódicamente los ingresos de los pescadores.
- Asociaciones con el sector privado que permiten el desarrollo de la acuicultura comunitaria
- Para las comunidades pesqueras, centrarse en la recuperación de la pesca como principal medio de vida.
- Buscar asociaciones para apoyar la diversificación de los medios de subsistencia y la creación de sistemas de ahorro y préstamo.