

Incluso con todos los demás mecanismos de cogestión en marcha, los pescadores no pueden adoptar prácticas pesqueras sostenibles si su vulnerabilidad económica sencillamente no se lo permite. Por esta razón, Rare apoya las actividades de inclusión financiera. Esto incluye pequeñas subvenciones para empresas comunitarias. Algunas de ellas proporcionan fuentes de ingresos alternativas, como las panaderías y la cría de gallinas y huevos. Otras empresas, como las de procesamiento de pescado y servicios de refrigeración, mejoran los ingresos de las actividades pesqueras al tiempo que disminuyen la cantidad de residuos y pérdidas que merman los ingresos de los pescadores y los recursos naturales de las comunidades.
Rare también trabaja con Clubes de Ahorro, impartiendo formación financiera y creando un entorno social en el que quienes carecen de cuentas bancarias pueden acceder a ahorros y pequeños préstamos respaldados por la comunidad.
Juntas, estas medidas de inclusión financiera aumentan los ingresos familiares y la resistencia financiera, reduciendo la vulnerabilidad de los pescadores a las crisis económicas. Esto, a su vez, favorece la pesca sostenible al permitir a los pescadores tomar decisiones basadas en sus intereses a largo plazo y no en las presiones financieras a corto plazo que pueden impulsar la sobrepesca.
La cohesión social es un factor clave de la inclusión financiera. Ya se trate de pequeñas empresas gestionadas colectivamente por un grupo o de clubes de ahorro que dependen de la afiliación activa y la acción colectiva, la inclusión financiera y la adopción de comportamientos se basan en las conexiones entre las personas. En este sentido, la implementación eficaz de la inclusión financiera sólo puede producirse cuando el personal del programa se compromete con los miembros de la comunidad a generar confianza, aumentar la capacidad local y solucionar los problemas que surjan.
Una lección importante es que, como en muchas otras cosas, el esfuerzo no basta para que la inclusión financiera tenga éxito. La simple financiación inicial de microempresas o la creación de un club de ahorro no conducirán a un cambio financiero significativo y duradero. Sin embargo, si estos comienzos van seguidos de cursos de formación para aumentar la capacidad y los conocimientos financieros, y si se capacita a los grupos comunitarios para aprender de los errores a medida que se embarcan en nuevas actividades financieras, la inclusión financiera puede ser realmente poderosa.
También aprendimos sobre la importante superposición de la inclusión financiera y la equidad de género. Las mujeres de las comunidades costeras mozambiqueñas suelen ser víctimas de violencia económica y física, y a veces se les impide ganar dinero propio o decidir cómo gastar los ingresos del hogar. Dado que los clubes de ahorro son mayoritariamente femeninos, ofrecen una oportunidad única para que las mujeres aumenten su poder económico en los hogares y en las comunidades. Esto ofrece oportunidades apasionantes, y ahora estamos trabajando para identificar estrategias específicas, dirigidas y basadas en pruebas para reforzar el liderazgo de las mujeres y la equidad de género en los medios de subsistencia de la pesca mozambiqueña.