
Diagrama de flujo de residuos

El diagrama de flujo de residuos (WFD) traza y visualiza los sistemas municipales de gestión de residuos sólidos, cuantificando las cantidades de residuos, las fuentes y las fugas de plástico al medio ambiente. Desde su creación en 2020, se ha aplicado más de 500 veces y ha ayudado principalmente a las autoridades municipales a mejorar sus sistemas municipales de residuos sólidos.
Utilizando el Análisis de Flujo de Materiales (AFM), el DMA cubre todas las etapas de la gestión de residuos sólidos, desde la generación hasta la eliminación, lo que permite tomar decisiones informadas para mejorar los servicios y las infraestructuras de residuos. También permite simulaciones de escenarios para evaluar posibles intervenciones para reducir la contaminación por plásticos.
Para apoyar las evaluaciones de la DMR, se ha creado un portal de datos con cálculos, generadores gráficos de diagramas de flujo de residuos y de Sankey, e integración con la herramienta Waste Wise Cities. Incluye estudios de casos, tutoriales y un foro de apoyo entre pares. Además, un compendio resume las enseñanzas extraídas de las aplicaciones del DMR en todo el mundo, mostrando diversas realidades de gestión de residuos sólidos y prácticas culturales.
Contexto
Défis à relever
Ubicación
Impactos
La basura plástica marina supone un riesgo global para los ecosistemas marinos, la pesca y el turismo, así como posiblemente para la salud humana. Se calcula que cada año llegan a los mares del mundo 11 millones de toneladas de plástico. Esta cantidad podría aumentar a 29 millones de toneladas en 2040. Una gran parte procede del rápido aumento del consumo de productos y envases de un solo uso en todo el mundo.
La gestión insuficiente de los residuos se considera una de las principales fuentes de basura marina, sobre todo a lo largo de costas y ríos. Comprender las fugas y vías de entrada de los residuos plásticos en el medio ambiente es clave para desarrollar medidas eficaces que combatan la contaminación por plásticos.
El DMA se diseñó para ayudar a las partes interesadas a planificar y supervisar las intervenciones locales y ha sido adoptado por diversas instituciones internacionales y locales, por ejemplo, en combinación con las evaluaciones del ODS 11.6.1 de ONU-Hábitat en unas 50 ciudades y megaciudades.