
Perros guardianes de ganado, una estrategia no letal para mejorar la coexistencia entre pequeños ganaderos y carnívoros salvajes en el norte de la Patagonia, Argentina.

La expansión de la ganadería sobre zonas naturales crea más oportunidades de interacción entre carnívoros y ganado, lo que aumenta las posibilidades de depredación del ganado por carnívoros salvajes. Este fenómeno provoca la muerte por represalia de especies salvajes, un gran reto para la conservación.
Este conflicto entre productores y carnívoros dificulta la coexistencia. Sin embargo, el uso de perros guardianes de ganado (LGD) ha demostrado ser un método no letal eficaz para disuadir a los carnívoros de las zonas de pastoreo y reducir la depredación del ganado. El norte de la Patagonia argentina alberga la población más meridional del amenazado gato andino(Leopardus jacobita), autóctono de Sudamérica. Alrededor del 50% de sus registros son de individuos cazados en represalia. Implementamos el uso de perros guardianes de ganado en áreas donde la especie está presente, resultando una alternativa esperanzadora para su conservación y para expandir la producción ganadera de manera que la coexistencia sea posible.
Contexto
Défis à relever
Social
Esperamos ampliar los conocimientos sobre la LGD entre los productores, aumentando la confianza en su eficacia, y hacer que la LGD esté más disponible mediante la creación de colaboraciones y la formación de personal de organismos gubernamentales. También esperamos mejorar la percepción de los carnívoros salvajes por parte de los productores.
Medio ambiente
El objetivo principal es lograr una convivencia positiva entre productores y fauna silvestre, con una reducción de la caza, trampeo o envenenamiento de carnívoros silvestres en general, y de gatos andinos en particular. Para que la técnica LGD funcione existe un límite en el tamaño de los rebaños, por lo que se reduce la sobrecarga de la capacidad de carga en los pastos nativos, y además se protege el suelo de la erosión.
Económico
El centro de cría LGD necesita ser sostenido hasta que pueda ser replicado, además, esperamos obtener un mayor apoyo de las agencias gubernamentales pertinentes.
También mejoramos el sustento económico de los ganaderos al tiempo que beneficiamos la conservación de la fauna salvaje.
Ubicación
Procesar
Resumen del proceso
La depredación del ganado por carnívoros salvajes genera importantes costes económicos y psicosociales a los productores. Como represalia para eliminar a los depredadores, los pobladores rurales utilizan trampas, veneno y cazan con perros, ejerciendo un control letal perjudicial para la especie objetivo, la comunidad biológica y una gran amenaza para especies nativas que se encuentran en bajas densidades, como el gato andino. En este escenario, los perros guardianes de ganado surgen como una oportunidad para mejorar la convivencia entre productores y carnívoros silvestres. Los cachorros de razas guardianes de ganado necesitan ser improntados con el ganado para generar lazos familiares y estimular instintos protectores. Esto requiere un criadero que garantice el bienestar animal y facilite el proceso de impronta entre los cachorros y el ganado. Asimismo, es de suma importancia y parte sustancial del éxito del proyecto, el trabajo con los productores y que éstos se comprometan con el cuidado y entrenamiento del cachorro guardián, así como con la intención de generar una ganadería amigable con la fauna y el medio ambiente, para lo cual se requiere acompañar y capacitar a las personas. También es fundamental monitorear la efectividad de la presencia del LGD evaluando la depredación antes y después de la presencia del perro guardián.
Bloques de construcción
Creación de un centro de cría de perros guardianes de ganado
La creación de un centro de cría es un paso fundamental para llevar a cabo la cría controlada y la impronta de las crías. La impronta es un proceso biológico de aprendizaje, que se genera en un corto periodo de tiempo, en el que las crías de la mayoría de las especies pueden identificar y aprender comportamientos de cualquier otra especie. En el centro proporcionamos las condiciones para que los cachorros estén en contacto con cabras y ovejas desde su nacimiento, y hasta los cuatro meses de edad, creando un vínculo familiar que les hará protectores con el ganado. Esta etapa es crítica e imprescindible para conseguir LGD eficaces en su función y estratégicos para la conservación de los carnívoros. Durante el proceso de impronta nos ocupamos de la alimentación, salud, bienestar de los cachorros y del ganado, a la vez que corregimos comportamientos indeseables en el vínculo cachorro-ganado. A los cuatro meses los cachorros ya vacunados, desparasitados y castrados, son entregados a los productores donde finalizarán su adiestramiento y comenzarán paulatinamente a trabajar con el ganado.
Factores facilitadores
Disponer de al menos una pareja de perros que pertenezcan a razas creadas para la protección del ganado.
Espacio físico y presupuesto para el periodo de impronta de los cachorros, que incluya el apoyo a una persona responsable del cuidado, limpieza y alimentación de los cachorros y del ganado que se utilice para el adiestramiento.
Apoyo veterinario para los controles sanitarios y la esterilización.
Crear asociaciones de colaboración entre ONG/gobiernos/empresas para reducir los costes y hacer que la LGD sea asequible para los productores.
Lección aprendida
Durante el proceso de impronta, los cachorros deben estar constantemente con el ganado y el contacto con las personas debe ser mínimo pero amistoso. La salud y esterilización de los cachorros es esencial para el bienestar animal y para evitar la propagación de enfermedades en la naturaleza.
Cría, adiestramiento y cuidado de futuros cachorros protectores y hembras reproductoras
Los factores sociales son importantes en los conflictos entre humanos y depredadores. La depredación tiene costes económicos directos relacionados con la pérdida de ingresos y alimentos, y costes económicos indirectos, como el tiempo dedicado a evitar la depredación. También hay costes no económicos subestimados, relacionados con la sensación de incertidumbre, inseguridad y perturbación general de los medios de subsistencia causados por la pérdida inesperada del ganado, que influyen mucho en las interacciones entre humanos y carnívoros. Los ganaderos que decidan sumarse a este programa deben estar dispuestos a realizar cambios culturales y de comportamiento, incluido el cambio de su relación cultural con los depredadores y los perros, y comprometerse a cuidar y gestionar a los LGD de una forma distinta a como interactúan normalmente con los perros. El pastor debe pasar tiempo con el perro durante los primeros meses para asegurarse de que no se pierde, y debe proporcionarle comida y agua a diario.
Factores facilitadores
Compromiso de los productores para trabajar, cuidar y completar el adiestramiento del LGD.
Capacidad logística y técnica para visitar y formar a los pastores durante los primeros meses tras la recepción del cachorro. Esto debe hacerse hasta que el cachorro tenga al menos un año de edad. Esto es esencial para garantizar que el cachorro no desarrolle comportamientos indeseables.
Lección aprendida
Los productores deben estar plenamente comprometidos y convencidos de que quieren mantener, adiestrar y cuidar a un cachorro y saber lo que se les exige. Los cachorros LGD deben ser accesibles para los productores con bajos ingresos, que son los más vulnerables a los eventos de depredación.
Compromiso de los productores de probar alternativas no letales para coexistir con carnívoros salvajes
Los productores también deben comprometerse a no matar depredadores y a formar parte de una producción más respetuosa con el medio ambiente. Un último aspecto clave es que el conservacionista que utilice esta técnica tendrá que invertir una cantidad de tiempo considerable entre el adiestramiento del perro, la selección de los candidatos a cachorros, el seguimiento constante y mucho más. Si no se tienen en cuenta los factores sociales antes mencionados y no se cumplen estos compromisos, el éxito del proyecto no sería posible.
Factores facilitadores
Compromiso de los pastores participantes de no matar gatos salvajes.
Registro de los casos de depredación antes y después de la LGD para obtener resultados basados en pruebas.
Lección aprendida
Los pastores seleccionados no deben utilizar veneno ni trampas en la zona de pastoreo del ganado. Es importante que mantengan una buena relación con sus vecinos, de lo contrario los perros de protección correrán peligro. Los productores deben ir acompañados de técnicos y estar capacitados para completar con éxito el adiestramiento de los perros de protección. En raras ocasiones cuando el cachorro empieza a trabajar puede morder o matar al ganado, este comportamiento debe corregirse inmediatamente utilizando técnicas no agresivas. Los productores deben firmar un compromiso de no matar a los gatos salvajes, principalmente a los que están en situación de riesgo. Es aconsejable trabajar con ONG, asociaciones de productores, el gobierno y otros para cubrir los costes y garantizar la sostenibilidad en el tiempo.
Impactos
Social
En el norte de la Patagonia se ha creado un centro de cría de perros guardianes de ganado (LGD), con razas específicas desarrolladas para la protección del ganado. En este centro se entrena a los cachorros y se comprueba su eficacia.
Se han criado, adiestrado y distribuido 20 LGD. El 95% de ellos protegen con éxito rebaños de ovejas y cabras.
Se supervisa a los LGD para que reciban un adiestramiento adecuado y garantizar el bienestar de los animales. Se mantiene una estrecha comunicación con los pastores durante los 8 a 12 meses posteriores a la entrega para ayudarles durante el proceso de formación.
El 100% de los productores que utilizan LGD están satisfechos con su rendimiento.
Se desarrolló una colaboración con la Sociedad Rural del Sur que incluía la formación de una persona para poner en marcha un nuevo centro de cría. Se entregó un cachorro para iniciar su criadero.
Nuevos productores están interesados en participar en el proyecto
Económico
Reducción del 90% de las pérdidas anuales por depredación para los productores que utilizan LGD, lo que se traduce en una media de 68 cabezas de ganado depredadas al año a 7 cabezas de ganado al año.
Los productores con LGD pasaron de perder 3.500 USD al año a sólo 450 USD. Esta cantidad supone una mejora significativa en su economía familiar y en su calidad de vida.
Medio ambiente
El 100% de los productores han observado indicios de presencia de carnívoros en las inmediaciones del rebaño y del corral, pero no se ha producido ningún caso de depredación.
Todos los productores con LGD se comprometieron a no matar gatos monteses, lo que beneficia al conjunto de carroñeros.
Beneficiarios
Pequeños pastores de cabras y ovejas que crían ganado extensivo con un tamaño medio de rebaño de 350 animales. Suelen arrendar las tierras en las que sus familias han vivido durante generaciones, aunque algunos sean descendientes de nativos.
Objetivos de Desarrollo Sostenible
Historia

Los ataques al ganado por carnívoros silvestres, principalmente pumas(Puma concolor) y zorros(Lycalopex culpaeus), pueden ser realmente devastadores para algunas familias. Los pumas pueden matar hasta 40 animales en un solo evento, generando mucha hostilidad por parte de los productores y una fuerte persecución y hostigamiento hacia todas las especies de carnívoros por los daños reales o potenciales. Las consecuencias son alarmantes para los ecosistemas, ya que los métodos para matar carnívoros no son selectivos (veneno, trampas, caza) y no sólo afectan a la especie objetivo sino también a carroñeros como el cóndor andino(Vultur gryphus) y a especies no dañinas pero en alto riesgo de extinción, como el gato andino(Leopardus jacobita). Los perros guardianes de ganado (LGD) viven con los rebaños las 24 horas del día, disuadiendo a los carnívoros de acercarse y evitando la muerte del ganado, así como la muerte por represalia de depredadores y carroñeros. Los productores con LGD ya no utilizan veneno ni trampas porque sus perros pueden verse afectados. No salen a cazar depredadores porque las pérdidas por depredación se han reducido en un 87% gracias a la presencia de los LGD.
Un ganadero vio de primera mano cómo su perra guardiana "Laika" ahuyentaba a un puma. Como cada mañana en su prado de verano, el Sr. Moyano mandó a las cabras a pastar y, por supuesto, Laika salió primero, abriendo camino. Moyano preparó su mate y siguió al rebaño con la mirada, ya lejos, en la ladera de un cerro. Al cabo de unos minutos observó como las cabras corrían hacia un lado, mientras Laika ladraba y sin pensárselo dos veces, se puso en el camino de un puma que perseguía a "sus" cabras. El puma huyó ileso y Laika regresó con su rebaño. Moyano cuenta que el puma estaba agazapado en un peñasco esperando a que pasaran las cabras, y consiguió matar a una cabra, pero está seguro de que el daño habría sido mucho mayor de no ser por la heroica Laika. Ese día, Laika, no sólo salvó a varias cabras, también salvó al puma que seguramente habría sido perseguido y matado. También salvó gatos andinos, otros carnívoros, cóndores y otros carroñeros todos los días, porque Moyano ya no utiliza trampas ni veneno. Está orgulloso del trabajo de su perra protectora.