En el marco de la implementación del REM, en el año 2016 se incluyó como parte de las estrategias de manejo las alternativas productivas, un verdadero reto en donde la distancia y falta de comunicación dificulta todo, se buscó una alternativa que se pudiera llevar allí bajo esas condiciones, teniendo en cuenta que ya se tenían proyectos como artesanías, resinas y otros productos típicos como el ají con los que no se tuvieron resultados exitosos porque tenían visión extractivista, además se enfrentaron ante la compleja movilidad de la región. Este es un ejercicio que aún se encuentra en proceso de construcción y fortalecimiento para la zona de influencia. Se han hecho trabajos remotos en esta situación de pandemia y de problemas de orden público, pero se sigue avanzando. Se ha contado con buenos profesionales trabajando en el tema y se han obtenido resultados exitosos siendo uno de los parques que más ha logrado avanzar en la propuesta de turismo gracias al grado de madurez que el equipo de trabajo tiene.
El turismo, se plantea como una estrategia de conservación, de 12 personas máximo y de 3 o 4 entradas al año con sitios y actividades restringidos, para lo que se han realizado ejercicios de capacitación en el territorio. El tema de mantener los conocimientos indígenas es por supuesto un principio, ofreciendo al turista por ejemplo las artesanías en el mismo territorio, es una estrategia diferente en donde se produce allá y el turista es quien saca los productos, disminuyendo así los retos del transporte.
Teniendo en cuenta lo anterior y luego de realizar un diagnóstico se concluyó que el turismo comunitario sería la mejor opción, aprovechando que desde el 2016 se ha venido trabajando en manejo de finanzas, dotación de las malocas, construcción de servicios básicos sanitarios, cocina, capacitación de las comunidades y se han hecho un par de ingresos de turistas para ver cómo responden ante la estrategia, obteniendo buenos resultados.