Implementación comunitaria de medidas de adaptación y conservación en manglares

Bajo el liderazgo de la Asociación Istatén y del Comité de Microcuenca El Aguacate, las siguientes medidas de AbE fueron aplicadas en beneficio de los medios de vida locales y su resiliencia ante el cambio climático. Así, las comunidades implementaron sus propias soluciones a los problemas identificados, bajo el lema: Río Paz: Vida, Refugio y Alimento.

 

  1. Desbloqueo y eliminación de sedimentos en canales de manglares, para permitir el ingreso de agua dulce y restablecer los niveles óptimos de salinidad.
  2. Reforestación de áreas degradadas de manglar (por tala indiscriminada /uso para pastoreo de ganado).
  3. Vigilancia comunitaria de sitios clave, con responsables asignados rotativamente, a fin de prevenir la tala de mangle y extracción excesiva de especies, y asegurar la protección de plántulas recién sembradas en áreas reforestadas.
  4. Diseño e implementación de un Plan Local para el Aprovechamiento Sostenible (PLAS) que regula la extracción de peces, crustáceos (cangrejos y camarones) y mamíferos del manglar (períodos, cantidades y prácticas) para un manejo sostenible de las especies.

Estas medidas buscan aumentar y gestionar el área de reproducción de las especies de mayor interés económico y alimentario. Además, la restauración del manglar ha mejorado la protección contra tormentas y oleaje.

La implementación conjunta junto con las asociaciones de desarrollo comunitario facilitan la toma de decisiones y las acciones colectivas de manglares.

  • La Asociación Istatén comprende 3 comunidades (Garita Palmera, El Tamarindo, y Bola de Monte). Fue creado en 2011 con el propósito de la vigilancia comunitaria de manglares.
  • El Comité de microcuencas del río Aguacate, creado en 2012, trabaja en desafíos ambientales con un enfoque de cuenca. El grupo está compuesto por 40 representantes locales.
  • Es clave acompañar las prácticas de restauración con estudios biofísicos que brinden insumos para monitoreo y evaluación y mejores decisiones sobre los sitios de intervención o las medidas adoptadas, particularmente el desazolve de canales y la reforestación. También es clave que esto se complemente con el conocimiento empírico de las comunidades, de modo que genere una base de evidencia técnico-científica-social que sea pertinente y sostenible.