Garantía de calidad: Absorción, retención y cumplimiento de las normas de higiene
      
      Este componente básico garantiza que las compresas menstruales no sólo sean funcionales, sino también seguras, higiénicas y conformes con las normas sanitarias antes de llegar a las usuarias. Las compresas se utilizan en una parte del cuerpo muy sensible, lo que hace indispensable una estricta garantía de calidad.
En Nepal existe una norma sobre compresas, pero aún no es obligatoria. Por ello, Sparśa optó por diseñar y probar voluntariamente las compresas de acuerdo tanto con las normas nacionales como con los procedimientos internacionales basados en la ISO, garantizando así la seguridad de las usuarias y la preparación a largo plazo para la certificación.
El proceso de garantía de calidad se divide en dos componentes:
1. Protocolos de pruebas internos
Desarrollados internamente para apoyar la I+D, estos ensayos miden:
- Absorción total (pruebas de inmersión para medir la capacidad total de líquido).
- Retención bajo presión (capacidad de la almohadilla para retener el líquido sin fugas).
- Comportamiento de extensión (cómo se distribuye el líquido entre las capas y las alas).
- Carga bacteriana por capa (pruebas en el núcleo, la lámina superior y las alas por separado para identificar las fuentes de contaminación).
Estos protocolos permitieron a Sparśa comparar prototipos rápidamente e identificar fallos antes de pasar a la certificación externa.
2. Pruebas de certificación estándar
Una vez que los prototipos alcanzaron un rendimiento coherente, las almohadillas se sometieron a pruebas en laboratorios certificados. Se dio prioridad a los laboratorios locales de Nepal por razones prácticas, pero se compararon con los métodos ISO. Las pruebas externas abarcaron
- Absorción
- Retención
- Higiene y carga microbiana
- Parámetros de seguridad física
Dado que Sparśa utiliza fibras naturales como la fibra de plátano, la viscosa y el algodón, mantener las normas de higiene es aún más crítico que con los absorbentes sintéticos. Las fibras naturales son compostables y preferibles desde el punto de vista medioambiental, pero pueden ser más propensas a la proliferación bacteriana si se descuidan los controles de higiene. Para solucionar este problema, se han introducido estrictos protocolos de biocarga: uso de guantes en puntos críticos (por ejemplo, después de la cocción de la fibra), prácticas de sala blanca para el montaje de las compresas y documentación sistemática del recuento de bacterias.
La certificación no es sólo un requisito de cumplimiento, sino también una herramienta de creación de confianza -con los usuarios, las autoridades sanitarias y los donantes- que aporta transparencia y credibilidad en un sector sensible.
Los anexos incluyen las normas sobre compresas de Nepal, los protocolos de ensayo internos de Sparśa y las directrices de higiene, que permiten a los profesionales reproducir el enfoque en otros contextos.