La valoración de los servicios ecosistémicos nos permite evidenciar ¿cómo?, ¿cuándo? y ¿dónde? nos estamos beneficiando como sociedad. A través de la valoración económica se logra determinar el beneficio que recibe un agricultor por el aumento de la productividad de su cultivo. Con la valoración ecológica, se puede hacer un análisis del beneficio de regulación que el ecosistema percibe al aumentar la tasa de polinización y fomentar la diversidad genética. Y a través la valoración sociocultural -entrevistas y talleres- se puede obtener la disposición a pagar o ser compensado por la prestación de este servicio. En la medida que los beneficios de la polinización gestionada sean evidentes, aumentará la posibilidad e interés de prestación del servicio.
Se requiere participación y compromiso por parte de la comunidad local para obtener datos verídicos que permitan hacer cálculos y estimaciones posteriores; lo cual también depende de la aplicación de una metodología adaptada y concreta para el cultivo objetivo -ver BB2-. Se debe tener conocimiento de los múltiples métodos de valoración que existen para determinar con anterioridad cuáles serán utilizados y qué se requiere para hacerlo. Por eso es importante el desarrollo de capacidades de la comunidad local -ver BB1-
Los resultados de la valoración económica por cambios en la productividad no fueron los esperados. La recomendación es considerar variables edafoclimáticas en futuros estudios para tener mayor certeza que el cambio en productividad se puede atribuir mayormente a la polinización gestionada -ver BB3-. Las entrevistas de valoración son más amenas cuando se hacen en vivo a diferencia de una llamada o correo. La generación de confianza entre las partes permite obtener opiniones más verídicas. Dependiendo de la magnitud del estudio, se debe considerar que lo más probable es que se requieran estudios posteriores complementarios.