Amplia consulta pública durante la fase de diseño
En el caso de la isla de Wallasea, la opinión pública se mostró en gran medida satisfecha con la creación de nuevos hábitats en lugar de tierras agrícolas poco productivas, pero se opuso a la pérdida de tierras de cultivo y a las posibles repercusiones en la navegación recreativa, la pesca de ostras y los procesos del estuario. Otra cuestión era la sensación de que las generaciones pasadas habían trabajado duro para recuperar esas zonas del mar y que eso no debía revertirse. Sin embargo, según los mapas de riesgo de inundación de la Agencia de Medio Ambiente, el proyecto estimaba que cientos de años de tales recuperaciones habían dado lugar a miles de hectáreas a lo largo de la costa de Essex que deberían inundarse. Así pues, durante las fases de planificación e inicio del proyecto se llevaron a cabo amplios procesos de consulta y participación pública para lograr su comprensión y apoyo. El compromiso público se materializó en forma de actos de consulta, charlas con grupos de interés, visitas a las obras para las principales partes interesadas, nuevas actualizaciones para las partes interesadas implicadas, la creación de un Grupo de Enlace Local y el nombramiento de un gestor del compromiso público en abril de 2010.
La participación pública durante la fase de diseño fue especialmente importante para obtener su apoyo, ya que el proyecto implicaba la destrucción de tierras agrícolas productivas en favor de la creación de hábitats. Las actividades de divulgación y difusión ayudaron a concienciar y hacer comprender los posibles efectos nocivos del cambio climático (por ejemplo, las inundaciones) y los beneficios que ofrecería el proyecto (por ejemplo, oportunidades recreativas, gestión del riesgo de inundaciones, aumento del valor recreativo, etc.).
Las consultas tempranas y exhaustivas son fundamentales para garantizar el éxito de la ejecución y generar apoyo público para muchos proyectos EbA, cuyo alcance depende de la sensibilidad de la ubicación y/o la proximidad de zonas residenciales y recursos socioeconómicos. En el caso de Wallasea, las consultas públicas tempranas y frecuentes requirieron una educación significativa sobre los impactos potenciales del cambio climático y los riesgos de la subida del nivel del mar para conseguir la aceptación de las actividades previstas del proyecto.