La reforestación de las cuencas degradadas se considera una forma de sensibilizar a las comunidades locales. También permite conservar la biodiversidad local, y la recuperación del bosque es una forma de combatir la erosión del suelo.
Fue el entusiasmo de la población local de la tribu donde se encuentra el lugar de plantación, de los escolares y de las asociaciones ecologistas y culturales lo que permitió llevar a cabo con éxito la operación de reforestación. Los viveristas locales que producen plantones endémicos y autóctonos garantizaron el suministro de los plantones necesarios en número y calidad.
No acolchar las plantas jóvenes puede tener consecuencias nefastas para ellas. En otras palabras, la tasa de mortalidad de las plantas jóvenes es superior a la de las plantas acolchadas.