Gestión comunitaria de los manglares
La gestión comunitaria de los manglares pretende hacer frente al uso humano insostenible de los manglares de Guyana mediante la colaboración con las comunidades locales que viven junto a las zonas de manglares y facilitando su participación en actividades de gestión y subsistencia destinadas a proporcionar una fuente alternativa de ingresos a los miembros de la comunidad que dependen de los manglares para su subsistencia. Las comunidades recibieron formación en medios de subsistencia alternativos, como la apicultura, y se les proporcionó equipamiento básico para establecer la apicultura en zonas boscosas de manglares. Los hombres y las mujeres participan en todos los niveles de la restauración, desde la planificación hasta la ejecución y el seguimiento. En los casos en que se recurre a la plantación de plántulas como intervención y se crean viveros comunitarios, las familias colaboran en la recogida de semillas y el cultivo de plántulas sanas para su plantación. En las zonas de restauración o vulnerables se crean grupos de voluntarios, es decir, Comités de Acción de los Manglares del Pueblo, y sus miembros reciben formación sobre la importancia de los manglares. Estos voluntarios, el 80% mujeres, se convierten en la voz del proyecto en sus aldeas realizando sesiones de concienciación en las escuelas, etc.
La voluntad de los miembros de la comunidad que viven cerca o junto a un manglar o un posible lugar de restauración de participar en las actividades de restauración o protección es fundamental para el éxito. Hay que tener en cuenta las necesidades y aspiraciones de los miembros de la comunidad y poner en marcha iniciativas que les permitan ganarse la vida con la gestión sostenible del bosque. La educación sobre la importancia del bosque como protección costera también es fundamental.
La participación de la comunidad local en las iniciativas de restauración y protección de los manglares es uno de los factores más importantes para el éxito y la sostenibilidad a largo plazo del programa. Aunque ha habido una inmensa participación comunitaria en los lugares seleccionados, uno de los mayores retos sigue siendo el compromiso y la participación de las comunidades locales. El Proyecto se enfrenta al reto de motivar a los residentes de otros lugares de intervención para que participen en la protección y concienciación de los manglares y se impliquen en la vigilancia de sus recursos costeros. La voluntad de cambiar los viejos hábitos y acciones de vertido y pastoreo ilegal sigue siendo motivo de gran preocupación.