El desarrollo de viveros forma parte de la regeneración forestal y la educación medioambiental. CAMGEW cuenta actualmente con 3 viveros situados en tres lugares de Oku (Manchok, Mbockenghas e Ikal) con una capacidad de unos 200.000 árboles autóctonos amantes de las abejas. El vivero de Manchok existe desde 2011. Los árboles de los viveros incluyen: Prunus africana, Carapas, Nuxia, Pittosporum veridiflorium, Agauria salicifolia, Zyzigium staundtii, Solanecio mannii, Croton macrotachyst, Maesa lanceolata, Newtonia camerunensis, Bridelia speciosa, Psychotria penducularis y algunos árboles agroforestales como Acacia, Leuceana, etc. Estos árboles están etiquetados con nombres científicos, nombres locales y sus usos. Nuestros viveros sirvieron como:
*Espacios de aprendizaje para niños, escuelas y miembros de la comunidad sobre el desarrollo de viveros, tipos de árboles forestales, necesidad de regeneración forestal, etc.
*Sitios donde se crían y plantan árboles en el bosque.
Estos viveros están cercados con vallas vivas y muertas. Se riegan y se les da sombra en la estación seca. Se desbroza con regularidad. Los viveros de CAMGEW también necesitan ser mantenidos después de plantar los árboles. Nuestros viveros sirven de cofinanciación para la mayoría de los proyectos.
Los viveros tienen una gran variedad de árboles etiquetados con nombres científicos, comunes y locales. Esto ha fomentado el aprendizaje de los miembros de la comunidad con o sin CAMGEW.
A CAMGEW no le faltan árboles para plantar cada año, aunque no haya financiación.
Muchos árboles en peligro de extinción, como la Newtonia camerunensis, se crían y plantan en el bosque.
Los miembros de la comunidad y los jóvenes aprenden haciendo en el desarrollo del vivero, vallándolo, regándolo, dándole sombra y deshierbándolo.
Muchos miembros de la comunidad han aprendido los nombres de varios árboles gracias al vivero.
Las escuelas utilizan nuestros viveros para dar clases prácticas.
CAMGEW ya no se ve como una organización extranjera, porque el desarrollo de viveros se considera una actividad permanente.
Los jóvenes se están convirtiendo en amantes de la naturaleza, ya que les inculcamos el espíritu de vivir en armonía con ella.
La vieja generación está cambiando su actitud hacia el bosque al ver lo que cuesta cuidar un árbol hasta su madurez.