Planes individuales de reforestación en las aldeas

La plantación de árboles de crecimiento rápido va acompañada de la formación de personal para la gestión de viveros y bosques de acuerdo con unas normas de calidad establecidas.

Cada parcela se demarca, cartografía y documenta con la aprobación de las comunidades. La asistencia técnica corre a cargo de ONG especialmente formadas y dura 21 meses: (i) sensibilización y movilización social (3 meses); formación, planificación y ejecución (8 meses); autogestión (10 meses).

La elección de las especies arbóreas se basó en: ciclos de rotación cortos (4-7 años), resistencia a las fluctuaciones climáticas, idoneidad para el procesamiento mecánico, especialmente en pendientes, y su potencial para contribuir al control de la erosión. La GIZ proporcionó apoyo técnico y administrativo para el equipamiento y las semillas necesarias. Se plantaron con éxito arboledas como zonas tampón alrededor de zonas protegidas y manglares. Otros lugares importantes para la plantación son los cursos de agua y los corredores en las rutas de la fauna migratoria. Los residentes locales se abastecen ahora de madera de las plantaciones.

Las operaciones de vivero se organizan colectivamente; la plantación y el mantenimiento son responsabilidad de los propietarios de las plantaciones.

  • Implicación de los municipios que asignan tierras degradadas con fines de reforestación, asegurando derechos de propiedad a largo plazo a los propietarios de las parcelas (decreto comunal) y apoyando los títulos de propiedad individuales a través de sus oficinas locales de registro de la propiedad.
  • Derechos de tenencia de la tierra a largo plazo
  • Participación voluntaria de las comunidades
  • Implicación de la administración regional para identificar posibles zonas de reforestación en su planificación regional del uso del suelo
  • Asistencia técnica por parte de ONG certificadas
  • La elección de las zonas de reforestación se hizo deliberadamente en zonas degradadas sin ningún potencial agrícola para evitar posteriores conflictos de competencia y uso.
  • Los lugares se incluyeron en los planes de ordenación territorial y desarrollo regional en coordinación con un grupo multidisciplinar de instituciones públicas y privadas.
  • La preparación mecanizada del suelo mediante tractores a lo largo de las curvas de nivel aumentó la percolación del agua de lluvia y garantizó una mayor tasa de supervivencia de las plántulas.
  • Los costes de inversión por hectárea ascendieron a 225 euros (incluida la inversión en mano de obra de los agricultores), de los cuales el 66% se sufragó mediante asistencia técnica
  • Rehabilitación y gestión de tierras anteriormente degradadas, fomento de la administración por parte de las comunidades y creación de incentivos para enfoques sostenibles en la silvicultura
  • La reforestación de zonas degradadas no sólo reduce la presión sobre los recursos forestales existentes, sino que también contrarresta la erosión y otros impactos, especialmente en las proximidades de zonas protegidas.