Utilizando imágenes por satélite de la cobertura y el cambio del uso del suelo y otras herramientas cartográficas, el equipo pudo empezar a identificar dónde se necesita protección o restauración, y dónde podría tener lugar una expansión agrícola sostenible. También generaron escenarios que tenían en cuenta distintos aspectos, como las necesidades de la fauna salvaje, los servicios ecosistémicos y la productividad agrícola, para poder identificar y evaluar sinergias y compensaciones.
Se celebraron reuniones con las distintas partes interesadas que influyen en el cambio de uso del suelo, desde autoridades de distrito y empresas hasta comunidades y conservacionistas, para tratar de garantizar un proceso de planificación participativo y a nivel de paisaje.
Avances tecnológicos como las imágenes por satélite y la calidad de las herramientas cartográficas.
Creación de un espacio para el debate abierto y la disposición de las partes interesadas a escuchar los puntos de vista de los demás.
Implicar a todas las partes interesadas es fundamental para negociar y articular objetivos realistas y formular recomendaciones que minimicen los conflictos entre usos del suelo.
Tiene que haber una clara justificación empresarial para invertir en conservación y una voluntad entre las empresas de formar nuevas asociaciones.