Generación de Conocimiento

Este pilar busca que todas  las especies de Zamia conocidas cuenten con diagnósticos de la distribución y abundancia de sus poblaciones para definir poblaciones prioritarias para las acciones de conservación. Además, se pretende generar información científica de calidad que fundamente el diseño de estrategias de conservación para las especies amenazadas. Para lograr esto se han establecido colaboraciones con instituciones de investigación, jardines botánicos, áreas protegidas públicas y privadas, ONGs, entre otros, para hacer exploraciones en búsqueda de poblaciones, estudios de biología poblacional (demografía, rasgos funcionales) y estudios de interacciones ecológicas (con polinizadores, dispersones de semillas, herbivoros). Además se han establecido programas de monitoreo de poblaciones a largo plazo (para 12 especies), que generan información sobre la dinámica de las poblaciones, condiciones de sus hábitats y el impacto tanto de amenazas como de las estrategias de conservación. Estas acciones de generación de conocimiento se han realizado desde el principio y se continuan y continuarán realizando durante toda la implementación del Plan de conservación. Para conocer algunos de los productos de gestión del conocimiento visita el sitio web de la Sociedad Colombiana de Cycadas.
 

Para lograr generar el conocimiento necesario para implementar acciones de conservación ha sido fundamental entablar colaboraciones con actores clave. Estos actores incluyen instutiones académicas y jardines botánicos que hacen investigación, pero también autoridades ambientales regionales, parques nacionales, reservas privadas y gente local que apoyan las investigaciones y los programas de monitoreo, y que en general nos ayudan a que toda la gente se apropie mejor de la conservación de plantas.

Una lección importante es que para poder llevar a cabo investigación y monitoreo a largo plazo es necesario contar con actores clave en las localidades, que se apropien de los proyectos y les den continuidad. Otra lección es que los sitios a elegir para hacer monitoreo a largo plazo deben ser áreas protegidas públicas o reservas privadas que garanticen que esos habitats serán dedicados para conservación de la biodiversidad a largo plazo.