La gestión comunitaria de los recursos naturales "centrada en los elefantes" (CBNRM) como consolidación de la paz.

Cuando comes alrededor de una hoguera tras un día de trabajo en común construyendo cortafuegos, te das cuenta de que todos tenemos los mismos problemas".

En un contexto de recursos limitados, dar cabida a diferentes prácticas de subsistencia (pastoreo, agricultura) que a menudo entran en conflicto requiere un diálogo que empiece desde la base. Por eso el proyecto actúa como facilitador para ayudar a reunir a los diversos clanes y etnias de la zona de distribución de elefantes con el fin de lograr la unidad hacia un objetivo común: en este caso, la conservación de sus recursos naturales y la regeneración de su ecosistema.

Al unirse para abordar un reto medioambiental, las comunidades se benefician a múltiples niveles, lo que las incentiva a seguir colaborando. El resultado es una solución más resistente que la suma de sus partes. Los beneficios incluyen hábitats más sanos, recursos naturales más abundantes, mayor seguridad alimentaria y resistencia ante acontecimientos adversos, ingresos adicionales, empoderamiento social, incluido el de las mujeres y los jóvenes, mejor cohesión social entre las comunidades y dentro de ellas, mayor seguridad física al ofrecer a los jóvenes una ocupación respetada localmente como "ecoguardas", lo que reduce la probabilidad de que emigren o se unan a grupos armados, y orgullo por su capacidad de contribuir a su hogar y su comunidad, y ejercer cierta influencia sobre sus vidas.

Las actitudes positivas de la población local hacia los elefantes y su comprensión de que todos compartían los mismos problemas constituyeron el factor unificador en torno al cual empezar.

Jóvenes desempleados en busca de un papel más hábitats degradados y tierras que requieren protección y restauración.

Los conflictos entre los seres humanos y la fauna silvestre tienen como núcleo los conflictos entre los seres humanos. Por eso es importante entender quién se beneficia y quién pierde y cuáles son las relaciones de poder, por ejemplo.

Los jóvenes desempleados locales buscan un papel que contribuya a sus familias y a la comunidad y que sea respetado localmente. Esto es más importante que el dinero. Son, por tanto, un gran recurso. Involucrarlos, darles un sentido y un propósito, puede ser una herramienta poderosa (por ejemplo, actuar contra el reclutamiento por parte de grupos armados). Cualquier recompensa inicial puede ser de "reconocimiento", no un salario, lo que proporciona los medios para un mayor desarrollo bajo sus propios esfuerzos.

Es importante discutir primero el papel de los ecoguardas e identificar las cualidades requeridas antes de pedir a la comunidad que designe a los individuos.