Conservación costera y marina

En 2019, Shark Spotters identificó la necesidad de intervenciones más prácticas para conservar nuestro litoral del impacto humano, por lo que puso en marcha un "Equipo de Conservación Costera", que trabaja en colaboración con el Ayuntamiento de Ciudad del Cabo para llevar a cabo actividades de conservación proactivas y reactivas que tengan un impacto positivo significativo en el entorno costero. Entre ellas figuran la estabilización y rehabilitación de dunas, la retirada de artes de pesca fantasma, residuos de embarcaciones y otros tipos de contaminación de la zona costera, la gestión de los desagües de aguas pluviales en la interfaz con la playa para reducir la contaminación de origen terrestre que llega al mar, la reparación y retirada de infraestructuras costeras dañadas tras daños causados por marejadas/tormentas, el análisis de la calidad del agua oceánica, la respuesta a animales varados y muchas más. Su presencia garantiza que nuestro hábitat costero esté protegido de la degradación humana y de los efectos del cambio climático, y que nuestros océanos sigan siendo saludables para los tiburones y otras criaturas marinas.

Durante la reciente pandemia, vimos que cada vez más gente utilizaba la zona costera, ya que a menudo era la única zona "segura" de ejercicio y recreo. Esto supuso un aumento de la contaminación y otros impactos humanos en la costa y puso de relieve la necesidad de una mayor concienciación sobre la importancia de una ciudadanía activa en la protección de estas zonas que tanto valor económico y social aportan a las comunidades.

Asociaciones con las autoridades locales e identificación de las zonas en las que éstas no tienen capacidad para aplicar soluciones prácticas a los problemas de degradación costera.

Expertos competentes en ecología costera para orientar soluciones de conservación eficaces.

La necesidad de herramientas y equipos adecuados para llevar a cabo las tareas.

La necesidad de una respuesta flexible y rápida a las emergencias costeras a medida que surjan.

La importancia de una "última línea de defensa" para mitigar el impacto humano en la interfaz marino-terrestre.

La divulgación de estas intervenciones para que la gente sea consciente de su impacto en los océanos y de cómo un comportamiento medioambiental responsable en tierra puede reducir los efectos perjudiciales causados a los océanos.