Mejora de las infraestructuras de los sistemas hídricos para mejorar el suministro de agua potable en las comunidades rurales en caso de sequía e inundaciones.

El acceso a fuentes fiables de agua potable es uno de los problemas más críticos de La Mojana. Más del 42% de la población no tiene acceso a agua potable. Esta situación se verá agravada por el aumento de las temperaturas y la mayor frecuencia de fenómenos extremos como las inundaciones.

El proyecto ha invertido en un conjunto diverso de soluciones hídricas basadas en un análisis de vulnerabilidad local que se desarrolló categorizando la capacidad de acceso al agua. Las soluciones incluyen sistemas domésticos y comunitarios de recogida de agua de lluvia para captar agua durante las estaciones lluviosas y la mejora de las infraestructuras hídricas existentes. Para ello se repararon los microacueductos locales y se garantizó que tuvieran capacidad para resistir el uso durante los meses de verano (uso de paneles solares para reducir la presión sobre las bombas de agua, mejora de los sistemas de bombeo y de los depósitos) y que pudieran proteger las fuentes de agua de la contaminación durante las inundaciones.

Las soluciones van acompañadas de formación sobre el funcionamiento y mantenimiento de estos sistemas y el control de la calidad del agua. También se imparte formación a las juntas locales del agua para mejorar la capacidad comunitaria de gestión del agua. La capacidad se proporciona a través de los responsables locales para garantizar que los conocimientos permanezcan en la región y sean pertinentes y que los hogares sean conscientes del impacto que el cambio climático tendrá en las fuentes de agua locales.

Los conocimientos derivados de un análisis del flujo hidrológico en la región proporcionaron una comprensión inicial del impacto que el cambio climático podría tener en términos de fuentes de agua. Esto permitió al proyecto identificar la vulnerabilidad y las necesidades de agua. Un análisis de vulnerabilidad desarrollado por el proyecto ayudó a evaluar la solución hídrica correcta a nivel doméstico en función de su acceso a las infraestructuras hídricas tradicionales. La colaboración con los municipios locales ha sido un factor clave, así como el trabajo con las partes responsables que tienen su sede en el territorio.

Los resultados del análisis de vulnerabilidad se convirtieron en una aportación clave a la hora de asignar soluciones hídricas, ya que permitieron al proyecto identificar nuevas inversiones y aportar la adicionalidad necesaria para que funcionaran bien en condiciones climáticas extremas. El análisis de vulnerabilidad también permitió al proyecto ajustarse a las cambiantes condiciones locales, como las interrupciones relacionadas con el COVID. Uno de los resultados ha sido el impacto en la generación de resiliencia local al COVID al proporcionar el acceso al agua necesario para aplicar protocolos de higiene.

Trabajar con los municipios ha permitido al proyecto coordinarse a nivel local y, en algunos casos, ha dado lugar a una mayor asignación de cofinanciación. Ha permitido al proyecto abordar su teoría del cambio de forma proactiva, incorporando consideraciones climáticas a las inversiones municipales. Un reto clave ha sido la gestión de los impactos del COVID que han afectado al precio de los insumos para las infraestructuras hídricas y su transporte. El proyecto ha recurrido a los responsables locales de la zona para proporcionar más apoyo al desarrollo de capacidades y a la socialización general de las soluciones.