
Restauración de la población salvaje de tortugas de río del sur en Camboya

El galápago de río meridional(Batagur affinis) es uno de los quelonios más amenazados del mundo. El río Sre Ambel alberga una de las dos poblaciones que quedan en el mundo. La especie está amenazada por la caza furtiva y la destrucción de su hábitat a causa de la tala de árboles y la extracción de arena. El proyecto abordó estos retos mediante la protección, el seguimiento posterior a la liberación, la educación y la concienciación. El programa ayudó a influir en la política gubernamental para detener las actividades de extracción de arena en el río Sre Ambel, y condujo al establecimiento de una Zona de Conservación y Gestión de la Pesca.
Contexto
Défis à relever
Ubicación
Impactos
En el marco del programa de protección de nidos, de los ocho nidos protegidos nacieron 121 crías. Todas las crías se criaron en un centro de cría. Se liberarán cuando sean lo bastante grandes para evitar a todos los depredadores naturales.
Veintiún terrapinos de río subadultos fueron liberados en su hábitat natural siguiendo los principios de buenas prácticas aprobados internacionalmente para la cría y el seguimiento posterior a la liberación de grandes especies de tortugas de río. A todas las tortugas se les colocaron transmisores sónicos.
Los resultados del seguimiento posterior a la liberación mostraron que más del 90% de los individuos seguían siendo localizables al cabo de un año. Los datos de las patrullas SMART sobre la distribución espacial de las amenazas para las tortugas, y de las etiquetas sónicas sobre el movimiento y las preferencias de hábitat de las tortugas liberadas, se utilizaron para mostrar a los organismos gubernamentales la importancia de la zona para la conservación. En 2017, el gobierno congeló las licencias de las empresas que extraían arena en el río Sre Ambel, y en 2018 la Administración Pesquera estableció una Zona de Conservación y Gestión Pesquera.
Los programas de educación y concienciación sobre la importancia de la especie desempeñaron un papel crucial a la hora de animar a las comunidades locales a participar en la conservación. En los últimos tres años, se devolvieron al proyecto cinco tortugas capturadas por pescadores; todos eran animales que habían sido descabezados y liberados.