
Un metro cuadrado para las mariposas: Una red de tejados verdes en Edimburgo

La mayoría de las especies de mariposas dependen de plantas específicas para la alimentación de sus larvas. En las zonas urbanas, la ausencia de estas plantas suele limitar las poblaciones de mariposas. El proyecto "Un metro cuadrado para las mariposas" pretende demostrar el potencial de los hábitats de las azoteas para ayudar a los polinizadores y otras especies silvestres, y abogar por la instalación de tejados verdes en las nuevas construcciones. El proyecto, en el que colaboran Butterfly Conservation y el Real Jardín Botánico de Edimburgo a través de la Edinburgh Living Landscape Partnership, consiste en pedir a los propietarios de edificios de Edimburgo que planten en sus azoteas al menos un metro cuadrado de cada una de tres flores silvestres(Lotus corniculatus, Rumex acetosella y Helianthemum nummularium). Estas plantas son las preferidas de tres especies de mariposas(Polyommatus icarus, Lycaena phlaeas y Aricia artaxerxes). La plantación corrió a cargo de los socios del proyecto y el personal de los edificios.
Impactos
Este proyecto ha creado nueve nuevos emplazamientos. En cada azotea se ha realizado un seguimiento de la biodiversidad durante un periodo de dos años, antes de que la pandemia COVID19 interrumpiera su actividad. Los primeros análisis sugieren que las azoteas albergan una abundancia y diversidad de insectos similar a la de las zonas cercanas a nivel del suelo. Esto es cierto incluso en las azoteas más altas.
Se sospecha que una especie de mariposa objetivo(Lycaena phlaeas) ha utilizado una azotea para reproducirse. La ausencia de las otras dos especies de mariposas objetivo puede deberse a su menor tamaño y a su dificultad para dispersarse a grandes distancias. Las mariposas de mayor tamaño, como Pieris rapae y Aglais urticae, son visitantes frecuentes de los tejados. En todas las azoteas se observaron abejas silvestres, incluidos abejorros y abejas solitarias, en busca de polen y néctar. En uno de los lugares, situado tres pisos por encima del nivel del suelo, se encontró una población reproductora del saltamontes verde común(Omocestus viridulus).
Los resultados confirman que incluso las parcelas de hábitat relativamente pequeñas situadas en tejados a gran altura pueden albergar una gran variedad de insectos. El proyecto demuestra la valiosa contribución que los tejados verdes pueden hacer a la biodiversidad autóctona. Dotando a las azoteas de plantas autóctonas ricas en polen y néctar se pueden maximizar los beneficios para las comunidades de polinizadores.