Gestión del medio ambiente

Los agricultores gestionan su entorno para mitigar perturbaciones como inundaciones, sequías y enfermedades.

Los bosques y árboles de las zonas húmedas se protegen para regular el nivel del agua. Para preservar la humedad del suelo, se adoptan prácticas como la grada a principios de primavera o el uso de cultivos nodriza o árboles para dar sombra.

Las plagas y las malas hierbas se controlan mediante el cultivo intercalado y la rotación de cultivos en los campos, el pastoreo alternado de distintas especies, la eliminación manual y la protección o creación de hábitats para las especies que controlan las plagas, como aves e insectos.

Se protegen los árboles silvestres, los arbustos y las plantas con flores, especialmente importantes para los polinizadores.

Estar en un entorno en el que el hábitat natural coexiste con el agroecosistema y está protegido permite que los ecosistemas funcionen y presten servicios a la agricultura.

Proteger y mejorar los servicios de los ecosistemas naturales es esencial para el éxito de la agricultura en un clima variable y cambiante.