El protocolo local contextualiza el Protocolo de Kioto adaptándolo a las condiciones locales, desarrolla metodologías de MRV (medición, notificación y verificación) formales y contextualizadas, y confiere valor al capital natural de una manera que favorece a los propietarios de la tierra.
Proponemos la réplica de este elemento básico a nivel subnacional: la financiación de la mitigación de la huella de carbono a través de pequeños impuestos estatales que constituyan un fondo estatal -que opere conforme al protocolo local, adaptado a los contextos de los propietarios de la tierra- con financiación adicional de las organizaciones gubernamentales CONAFOR y SAGARPA. Brindamos asistencia técnica a funcionarios de otros estados para adaptar este modelo a sus contextos y prioridades.
Con fines de transparencia y estandarización, utilizamos metodologías validadas del ICAT al calcular las reducciones de carbono que se basan en la recuperación del capital natural. Desarrollamos modelos ecológicos personalizados para diferentes estados y proporcionamos formación para alinear las políticas públicas, promoviendo una financiación innovadora a través de pequeños impuestos sobre el carbono a nivel estatal y una mayor inversión federal orientada a la integración de prácticas regenerativas. Se trata de una política pública que incentiva la mitigación climática y la regeneración de las infraestructuras naturales, arraigada en una respuesta colectiva de la sociedad rural.
La urgencia de integrar prácticas que regeneren el capital natural se ve reforzada por los resultados altamente positivos de los ranchos piloto. Existe un gran interés por parte de otros Estados.
Nuestra iniciativa, plasmada en la NAMA NS-272 "Acciones subnacionales de mitigación para la restauración de bosques degradados y la implementación del pastoreo planificado", propone una acción bien planificada e incluye herramientas que permiten su réplica en otros contextos.
Se ha definido, desarrollado y aplicado una amplia gama de herramientas en el proceso de implementación de este elemento básico. Estas herramientas incluyen la adaptación de modelos para su réplica en estados con diferentes necesidades y contextos; sistemas de seguimiento; informes y verificación del cumplimiento y los resultados en suelos y bosques; acuerdos entre las partes; análisis de oportunidades fiscales; reglas de funcionamiento; y directrices para garantizar la transparencia en la gestión de los fondos medioambientales. Una herramienta importante es la personalización de modelos para replicar este building block en diferentes estados.
El Banco Interamericano de Desarrollo está interesado en continuar su apoyo buscando recursos financieros de fondos climáticos de mayor escala.
La oficina de la SEMARNAT (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales) de la administración del presidente electo de México ha mostrado su interés en adoptar este esquema como una línea estratégica de acción para los próximos 6 años. Este apoyo es de gran valor y abre nuevas posibilidades de difusión y aplicación.