Desarrollo local a través del museo

El Museo de los Pilotes de Ledro es el corazón del ReLED. El museo se creó en el 72 y su conexión con el entorno más amplio comenzó al mismo tiempo, cuando se pidió al arquitecto Marcello Piovan que diseñara la estructura del museo y el plan paisajístico más amplio de la zona en la que se encuentra el museo. La construcción se encargó a empresas locales y supuso un impulso económico para la zona. El éxito inmediato del museo, aunque a veces se percibiera como extraño en el contexto local, ha contado desde el 94 con el apoyo del Museo de Ciencias Naturales, hoy llamado MUSE.

Desde entonces, el museo ha impulsado la economía local de muchas maneras: atrayendo turismo de escuelas del norte de Italia, promoviendo actividades como parte de las ofertas turísticas, implicando a productores locales en el museo, restaurando estructuras municipales para proporcionar espacios para actividades, implicando a empresas locales para el pueblo reconstruido y cooperando con organizaciones locales para actividades de mantenimiento. Otras actividades incluyen la inscripción del palacete en la lista del Patrimonio Mundial en 2011, el nacimiento del ReLed, la ampliación de los periodos de apertura anuales y la creación del QBO, un espacio no museístico (conectado a la planta de exposiciones) dedicado a actividades también durante el horario de cierre del museo.

Presidir una zona a través de un museo exige un compromiso constante con los agentes locales. Significa "darse a conocer" como una entidad enraizada en el territorio y flexible ante las necesidades de desarrollo de una comunidad. El Museo de los Pilares se ha convertido en algo diferente y más amplio que ha creado una especie de "esquizofrenia" estimulante que ha permitido trabajar fuera de la "comodidad" en una dimensión territorial multidisciplinar, exigente y formativa en la que se fomenta el "diálogo" entre y el pensamiento fuera de compartimentos estancados.

La trayectoria institucional seguida por el Museo de los Pilares de Ledro ha llevado al museo a mirar hacia su territorio circundante. Las primeras visitas al museo han activado un círculo económico virtuoso que ha impulsado el interés de los agentes económicos locales del Valle, que se han convertido en patrocinadores de algunas de las iniciativas organizadas y promovidas por el museo. El museo ha generado puestos de trabajo e ingresos haciendo más atractivos los lugares y permitiendo proyectos de regeneración urbana en cooperación con la administración local.

Como centro de creatividad, innovación e investigación, el museo ha sido capaz de mejorar el conocimiento y aumentar la concienciación sobre el patrimonio local, permitiendo la recaudación de fondos locales para la creación de eventos y actividades de verano. Las raíces en el entorno territorial más amplio se han mejorado y reforzado a través de acuerdos y memorandos de entendimiento con las partes interesadas locales, incluida la administración municipal, el crédito cooperativo, las empresas privadas, las escuelas.