El estudio científico identifica las zonas costeras y marinas de Costa Rica especialmente vulnerables a los impactos del cambio climático. El análisis de vulnerabilidad combinó tres factores: exposición, impactos potenciales y capacidad de adaptación de las comunidades para responder a estos impactos. A través de estos tres factores se evaluaron las amenazas climáticas del aumento del nivel del mar, el aumento de la temperatura atmosférica y los cambios en los patrones de precipitación para identificar la vulnerabilidad. El análisis apoya la priorización de las acciones de adaptación al cambio climático para las áreas protegidas y los distritos de las comunidades locales. Estas acciones incluyen la recuperación de hábitats clave como bosques ribereños, manglares, terrazas de playa y la reubicación de senderos turísticos cerca de la playa dentro de las áreas protegidas.
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La vulnerabilidad al cambio climático varía mucho en la zona estudiada y está estrechamente relacionada con el desarrollo humano y económico. El estudio constató que la aplicación de posibles medidas de adaptación debe empezar por cambios en las pautas de desarrollo y la reducción de las presiones existentes sobre el ecosistema, lo que se conoce como amenazas no climáticas. El estudio también descubrió que las malas prácticas de extracción de recursos y el establecimiento de asentamientos costeros aumentan la sensibilidad de los ecosistemas y la exposición de las comunidades costeras.