En cooperación con la Universidad Agrícola de Mongolia Interior, el proyecto aplicó la "gestión inteligente de pastizales" en 200 hectáreas (3000 mu) de pastizales del condado de Helinge'er, en combinación con la supervisión del crecimiento de la vegetación y el uso de datos meteorológicos para determinar el momento adecuado para iniciar el pastoreo de primavera. Los ganaderos pudieron determinar dinámicamente el momento y la intensidad del pastoreo, así como adaptar el plan de pastoreo con hierba y ganado equilibrados. Tras 3 años de trabajo piloto, el proyecto ha encabezado el modelo de "pastoreo en estaciones cálidas y alimentación en estaciones frías", adecuado para la zona local y otros lugares con condiciones similares en los pastizales del norte de China.
El proyecto ayudó a los agricultores locales a afrontar mejor la acelerada escasez de agua, agravada por el cambio climático. Los agricultores adoptaron las tecnologías y prácticas integradas de la agricultura de secano de alto rendimiento, la agricultura de secano ecológica y la fertilización con fórmulas de análisis del suelo, las variedades de cultivos resistentes a la sequía seleccionadas, la mejora del acolchado con película y el riego innovador para aprovechar al máximo las precipitaciones naturales. El planteamiento, que combina herramientas de datos accesibles y nuevas prácticas de gestión de la tierra, ha dado lugar a múltiples beneficios de eficiencia en el uso del agua y los fertilizantes, y a un aumento de la producción y los ingresos.
- La colaboración con la Universidad Agrícola de Mongolia Interior y las comunidades locales hizo posible que nuestros planteamientos se adaptaran a las necesidades y condiciones locales.
- El uso generalizado de teléfonos inteligentes en las zonas rurales facilita el acceso a la aplicación Smart Grasslands.
- Compromiso activo con los agricultores, que desempeñan el papel de embajadores y promueven el método.
Pudimos entablar una estrecha colaboración con las comunidades locales dedicando tiempo a entender qué problemas les planteaban las técnicas agrícolas y ganaderas existentes. Nos centramos en los miembros de la comunidad que se mostraban insatisfechos con el statu quo y que esperaban cambiar los métodos de producción. Gracias a esta colaboración y a la valoración explícita de los conocimientos tradicionales de la comunidad local, nuestros nuevos métodos científicos de gestión sostenible eran más adecuados para la zona y tenían más probabilidades de ser adoptados a escala. Por ejemplo: detectar la época de alimentación (estaciones frías) que se adapta a su práctica tradicional, seleccionar variedades de cultivos resistentes a la sequía aprendiendo qué cultivos se habían dejado de plantar por falta de agua.