

Paradise Park prestó dos parejas de chovas piquigualdas al zoo de Jersey en 2010 para iniciar un programa de cría en cautividad. Para establecer una población silvestre, se estimó que era necesario liberar entre 30 y 50 jóvenes en un periodo de 5 a 7 años. Cualquier déficit en el número de ejemplares se complementaría con la importación de juveniles de Paradise Park.
El zoo de Jersey transformó dos pajareras en aviarios dedicados a la cría y creó un aviario de exhibición para albergar a la bandada durante el invierno imitando el comportamiento natural. Se instalaron cámaras en los nidales para vigilarlos a distancia. Los polluelos son susceptibles de contraer aspergilosis e infecciones por nematodos en cautividad. Las cámaras permiten al personal vigilar los signos clínicos e intervenir lo antes posible para garantizar la supervivencia.
Paradise Park, con décadas de experiencia en la cría de chovas piquigualdas, proporcionó orientación, formación y apoyo financiero. El personal de Jersey pasó tiempo entre bastidores en Paradise Park para aprender sobre la cría de chovas y, una vez en marcha la suelta, el personal del Reino Unido visitó Jersey.
A pesar de que las sueltas finalizaron en 2018, el zoo de Jersey sigue criando chovas piquigualdas en cautividad, lo que supone una reserva en caso de que vuelva a ser necesario liberarlas. También permite transmitir un mensaje de conservación al público a través de charlas educativas en el aviario de exhibición. Los juveniles sobrantes se devuelven al programa de cría de Paradise Park.
- Una red de apoyo de conservacionistas cualificados y experimentados que permita una planificación eficaz con capacidad de gestión adaptativa.
- Asociaciones sólidas comprometidas con el éxito.
- Un equipo entusiasta dispuesto a ir más allá por las especies.
- El éxito inicial de la reproducción se vio limitado por varias razones, una de ellas la incompatibilidad y/o la inexperiencia de las parejas reproductoras. Al principio, la inexperiencia también era un problema para los cuidadores. No con las técnicas, sino con los matices de la especie, razón por la cual es crucial aprender de los demás y estar dispuesto a probar cosas diferentes.
- La doble nidada no está documentada en chovas silvestres, pero es posible en cautividad y podría ser una herramienta eficaz para aumentar la productividad.
- Las chovas son inteligentes y aprenden con rapidez. Esto puede ser problemático para el manejo, por ejemplo, que aprendan a evitar entrar en recintos de captura. Por otra parte, puede ser beneficioso si se aprovecha, por ejemplo, el adiestramiento en jaulas.