

Se trata de un enfoque paisajístico en el que los agricultores dejan especies arbóreas autóctonas seleccionadas deliberadamente en sus tierras de cultivo, ya sea como masa arbórea o coexistiendo con los cultivos, o ambas cosas. El agricultor gestiona los árboles de forma que no priven a los cultivos de los factores de crecimiento. Por lo demás, los árboles de las tierras de cultivo mejoran la fertilidad y la estructura del suelo, lo protegen de la erosión y le proporcionan al agricultor leña y forraje para el ganado. Las prácticas silvícolas incluyen la poda, el desramado, el aclareo y el monte bajo.
La disponibilidad de tocones en las tierras de cultivo es una oportunidad que permite conseguir cientos de hacendados en poco tiempo. La implicación de la comunidad es casi obvia, ya que los agricultores individuales se convierten en los principales beneficiarios de la tecnología, a diferencia de otras soluciones. Los regenerantes son independientes de condiciones duras como lluvias inadecuadas. Los brotes empiezan a germinar justo en la estación seca, ya que el tocón madre tiene raíces bien establecidas. De ahí que la tecnología nunca registre resultados infructuosos.
La regeneración natural gestionada por el agricultor es una solución de éxito. Como los regenerantes proceden de tocones bien establecidos, que son autóctonos, la tecnología resiste circunstancias climáticas desfavorables, por lo que es un proyecto prometedor, rentable y lucrativo.