La jardinería de coral, también conocida como maricultura, consiste en recoger pequeños trozos de coral roto en aguas poco profundas y volver a sujetarlos a las llamadas jaulas de tela de araña (armazones metálicos portátiles).
Los fragmentos de coral se trasplantan a grandes estructuras en lugares donde el arrecife ha sido destruido por ciclones, estrellas de mar u otros peligros relacionados con el cambio climático. Los lechos de coral se colocan a unos 6 metros de profundidad, suficiente para mantenerlos a salvo del oleaje de los ciclones, donde pueden crecer hasta convertirse en colonias de coral de tamaño completo.
El proyecto utiliza variedades de coral especialmente resistentes a los efectos del cambio climático, como la decoloración y la acidificación de los océanos. Los arrecifes artificiales crean nuevos hábitats para los peces y protegen la costa del oleaje.
- Ejecución en el contexto de la gestión participativa del NPMLPA, caracterizada por una extraordinaria administración y compromiso comunitarios.
- Sensibilización de los miembros de la comunidad sobre las amenazas actuales a los arrecifes de coral y la importancia de los corales para la adaptación al cambio climático, la protección costera y la biodiversidad, pero también para los medios de vida y el desarrollo socioeconómico de la población local.
- Medidas de capacitación para los miembros de la comunidad participantes, incluido el material de formación correspondiente.
- Las distintas variedades de coral muestran diferentes niveles de éxito en la plantación. Ha sido importante probar múltiples variedades de coral e identificar las más resistentes a la temperatura y la acidificación, así como las que crecen mejor en nuestras condiciones de plantación.
- Las mujeres son algunas de las jardineras de coral más eficaces. Cuando vadean el arrecife son capaces de encontrar con delicadeza y éxito fragmentos de coral vivo que se han roto de forma natural debido a los daños causados por las olas.
- El coral debe estar firmemente sujeto al lecho de plantación con bridas o alambre de amarre; si el coral no tiene un contacto firme con el lecho, no puede seguir creciendo.
- Los jóvenes y los niños han aprendido, a través de la plantación de corales, que los corales son organismos vivos. El uso de esta actividad como herramienta educativa fuera del aula ha mejorado la comprensión del ecosistema submarino, considerado ahora tan importante como los ecosistemas terrestre y de jardín.