

Konegummez recibe muchos servicios domésticos y ecosistémicos de los recursos naturales. Durante la Segunda Guerra Mundial, los aldeanos, a diferencia de otros, no pasaron hambre; la diligencia, la ayuda mutua, la organización, así como el trabajo duro y el amor por su tierra les ayudaron a sobrevivir en tiempos difíciles.
Desde la fundación de la aldea, sus habitantes no han dejado de emprender acciones colectivas, basadas en la confianza mutua y en la creencia de que "juntos somos fuertes". Con el tiempo, la fuerte cohesión social también ha "pagado" a los aldeanos. Estas experiencias positivas reforzaron la creencia de que "juntos somos fuertes" y motivaron a los aldeanos a aspirar siempre a nuevos horizontes y a seguir desarrollando su aldea.
Esa fue también la razón por la que pudieron crear un comité informal para planificar y gestionar de forma sostenible los recursos naturales de la aldea. El grupo está formado por un total de 9 personas: pastores, bayar, ancianos del pueblo, mirab, agricultores y un profesor.
Otro ejemplo de organización "moderna" está relacionado con la venta de productos agrícolas. Los agricultores han desarrollado un mecanismo de ahorro de recursos. Eligen entre sus propios aldeanos a una persona con un pequeño camión, que va al mercado y vende allí la cosecha de varios agricultores. De los ingresos recibidos, cada agricultor paga el 10%.
Como ya se ha señalado, el factor más importante para la cohesión social y el buen funcionamiento de la organización local es el éxito que consiguen los vecinos organizándose. Se trata de un motor realmente potente para el desarrollo sostenible.
La cohesión social, la confianza mutua y un liderazgo fuerte son los pilares del desarrollo rural sostenible y pueden utilizarse independientemente de la cuestión de que se trate en diferentes contextos: por ejemplo, mejora de las infraestructuras, desarrollo económico local y uso sostenible de los recursos naturales.