Mosi-Oa-Tunya es un sitio inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial por su excepcional valor como patrimonio natural, pero también está asociado a valores espirituales y religiosos clave reconocidos por comunidades y personas a nivel local, regional e incluso internacional. El ejercicio de cartografía cultural ha permitido a los responsables de la gestión del sitio comprender mejor la importancia del sitio y los diferentes valores que le atribuyen las distintas partes interesadas y los titulares de derechos. Gracias a la cartografía cultural, el yacimiento ha adquirido valores militares, arqueológicos, antropológicos, ecológicos y arquitectónicos, por nombrar sólo algunos.
La cartografía cultural, con la participación de múltiples actores y comunidades locales, ha permitido un mayor reconocimiento de la importancia y los valores del sitio, lo que ha llamado la atención sobre las múltiples interconexiones entre los valores naturales y culturales, y la necesidad de salvaguardar ambos para la salvaguardia del sitio a largo plazo.
El reconocimiento del papel esencial que desempeñan las comunidades locales e indígenas es la espina dorsal de este componente básico y de la construcción de una valoración integradora del sitio.
Además, la participación de los administradores de sitios en actividades regionales e internacionales de capacitación y cursos de formación sobre los vínculos entre naturaleza y cultura en la conservación de los bienes del Patrimonio Mundial y el intercambio con otros administradores de sitios de complejidad similar es vital.
La principal enseñanza extraída de este ejercicio es que el sitio del Patrimonio Mundial Mosi-Oa-Tunya/Victoria Falls no es sólo un sitio natural del Patrimonio Mundial, sino también un importante sitio y paisaje cultural. A través de la cartografía cultural, el significado multicapa del sitio ha permitido comprender mejor los valores del bien y las múltiples interconexiones entre los valores naturales y culturales, así como el importante papel desempeñado por las comunidades en la identificación y salvaguardia de los valores culturales y algunos de los naturales del sitio.
El ejercicio de cartografía cultural también ha sido una oportunidad para reunir a las partes interesadas institucionales y a las comunidades locales, creando asociaciones más estrechas y oportunidades para la inclusión de los actores locales en la toma de decisiones y en las actividades de conservación y gestión.