

Este elemento básico tiene por objeto recopilar los datos necesarios de un grupo diverso de agentes locales (partes interesadas, residentes y otros) que permitan identificar sus visiones del paisaje y de las áreas protegidas que hay en él. Para ello empleamos entrevistas en persona con elementos de cartografía participativa y visuales basados en el arte. Para guiar las entrevistas, utilizamos un método denominado STREAMLINE, una serie de lienzos plastificados en A3 en los que los entrevistados respondían a preguntas. Las preguntas y el lienzo se organizaron en torno a una narración, lo que resultó más intuitivo y atractivo para los entrevistados. Empezaron estableciendo su relación con la zona, qué partes de ella conocían, y luego pasaron a formular preguntas sobre la importancia de las distintas funciones del paisaje y cómo y dónde querían los encuestados que se desarrollara este paisaje.
Enfoques como STREAMLINE, que obtienen datos utilizando un formato más interactivo, pueden tranquilizar a los encuestados, permitirles imaginar la situación en lugar de responder a una serie de preguntas y, en general, tener una experiencia más participativa y satisfactoria. La inclusión de elementos cartográficos sirve a dos propósitos: no sólo garantiza que los encuestados tengan en cuenta un lugar concreto al responder a las preguntas, sino que también les permite recordar elementos que de otro modo podrían no haber mencionado.
Estos métodos interactivos son adecuados para obtener datos sobre lo que los interesados valoran en el paisaje y dónde se encuentran esos valores. También son atractivos para un público amplio y pueden utilizarse tanto con profanos como con expertos, personas de diferentes grupos de edad. Crean un ambiente más relajado y menos científico, sin dejar por ello de captar la información necesaria. Sin embargo, para que funcione, hay que tener en cuenta varios puntos. El más importante es que los lienzos deben ensayarse varias veces para asegurarse de que el argumento es claro y fácil de seguir.