Las mujeres hacen parte del ejercicio de gobernanza del PNN Cahuinarí, bajo la normatividad que regula la comunidad. Su protagonismo es evidente en el campo económico, educativo y productivo, y son relevantes en el sostenimiento económico de la familia. Ellas son las encargadas del manejo de la chagra (Chagra= Comida= Vida) en donde se transmiten los conocimientos a las generaciones menores. Los niños son llevados a la chagra desde muy temprana edad y alrededor de los 5 o 6 años empiezan a participar de las labores de limpieza y cosecha de la chagra.
La educación ambiental también es protagonizada por las mujeres, es un ejercicio muy interesante en donde ellas son las profesoras y para que su labor sea exitosa, reciben ayuda en la construcción de planes de formación y manejo de herramientas tecnológicas por parte del equipo del PNN que se encarga de realizar estas capacitaciones para la mejora de sus habilidades.
Actualmente se están empezando a conformar consejos en donde ellas tienen un papel muy importante porque participan y opinan en las decisiones que se están tomando con respecto al manejo del territorio y el relacionamiento.
La interacción de los indígenas con las mujeres no nativas, como por ejemplo las funcionarias del AP y las investigadoras es buena y existe una sinergia entre el género, sin embargo, aunque la “mujer blanca” es percibida como una persona normal a la que le permiten saltarse algunas normas como mambear o ubicarse en cualquier punto de la maloca (cosas que no pueden hacer las nativas), cuando se deben tomar decisiones la consideran una mujer más que debe cumplir con las reglas de las mujeres del territorio.“Mi apreciación es que los indígenas ven o posicionan a la mujer blanca en un punto intermedio del relacionamiento que la balanza se inclina para uno de los dos lados si esta mujer asimila su rol y se integra a los procesos propios de su género” Funcionaria del AP.
La sabiduría ancestral tradicional y su importancia en la toma de decisiones en los procesos de manejo del AP
Los sabedores durante estos días, desde su conocimiento amplio de ver las cosas que a la vista de un hombre común son difíciles de identificar, dialogan con quien culturalmente conocen como el creador de todas las cosas, quien entregó a los hombres el manejo de toda su creación, para que les sirviera durante su vida como herramientas con las cuales pudieran desarrollar los trabajos con sus familias, comunidad o como ahora, de forma organizada en la asociación.
Durante el tiempo de concentración en diálogo con el creador, los sabedores tradicionales, transmiten el mensaje de los trabajos a realizar internamente que como asociación se pueden adelantar sin problemas, además se revisa la posibilidad de que en el intercambio de pensamientos con “el blanco” no se presenten inconvenientes, siempre y cuando, esto se realice de manera coordinada, permitiendo que las actividades a desarrollar obtengan los mejores resultados.
La orientación se basa en el respeto hacia el otro en todo sentido, responsabilidad y un comportamiento adecuado con la naturaleza; por ello se recalca las normas de manejo para el trabajo entre PANI, las instituciones del gobierno y las ONG
Los conflictos o dudas que se puedan presentar con respecto a manejos culturales se resolverán mediante el acercamiento al consejo mayor.
El ejercicio de Autoridad Ambiental en el marco de la implementación del REM
Existen varios ejercicios que se desarrollan en el marco de implementación del REM, por ejemplo, los recorridos de Prevención, Control y Vigilancia que se realizan al interior y en la zona de influencia del PNN Cahuinarí y que hacen parte de la misión institucional de PNN.
El tradicional es quien decide si se puede o no hacer el recorrido y bajo qué regulaciones. Lo interesante de este ejercicio en el AP es que se ha incluido el componente tradicional y cultural dentro de los recorridos, es por eso, por lo que previo a cada salida se hace una reunión nocturna para que en medio de la sabiduría que dan el mambe, el ambil y la coca, se conjure el recorrido que se va a hacer.
Al final de cada recorrido de Control y Vigilancia se deben socializar y discutir los resultados del ejercicio en una reunión con las mismas condiciones a la inicial, se aprovecha también para tratar de descubrir si alguien del equipo contrajo alguna enfermedad antes de regresar a casa. Esto debido a que muchos lugares del territorio donde se adelantan los recorridos son sitios sagrados y si no se tiene una buena preparación o disposición es muy probable que se adquiera algún tipo de enfermedad, por ello el tradicional debe adelantar después de estos recorridos, una sesión nocturna de mambeo para “sacar del cuerpo” la posible enfermedad.
Inclusión de la autoridad tradicional
Permanente comunicación entre equipo del Parque y la comunidad indígena
Generación de esecenarios de confianza
Es posible combinar lo tradicional y cultural en los ejercicios de moonitoreo e investigación
En caso de que en el equipo del AP haya mujeres, ellas deben ceñirse a las instrucciones dadas por el Tradicional, incluso si señalan su no participación.
Rituales que aportaron al buen relacionamiento entre indígenas y personal del PNN durante la construcción del REM
Crear confianza y generar buenas relaciones con las comunidades indígenas durante la construcción del REM, fue posible gracias a la interacción que se mantiene con ellos dada en medio de acercamientos y reuniones, eventos realizados generalmente en una maloca en donde el mambe y el ambil fueron los catalizadores para un intercambio de saberes armonioso.
Una vez se logró el buen relacionamiento entre las partes y se entendió que su común denominador era la conservación de las especies de fauna y flora, de los aportes de la naturaleza y de la cultura tradicional de su territorio, enmarcado en el respeto a las diferentes visiones, el trabajo de construir colectivamente el Régimen Especial de Manejo se hizo más fácil.
El jefe del PNN y su equipo de trabajo tuvieron que adaptarse a ritos, visiones y prácticas inusuales en su cultura occidental, pero que al entenderlos y ser luego invitados a estos, significaban aceptación.
El Comité Local (CL) inicia su conformación con un grupo de personas que comparten un interés común en el mismo territorio. Define el nombre del CBI y sus límites geográficos, la forma en que trabajará, cuáles reglas deben seguir internamente y con qué objetivo se conforma el corredor. Este puede trabajar en forma de una asociación, alianza, comité ejecutivo o de apoyo, grupo gestor, coalición técnica, entre otros. En su proceso de formación se recomienda contar con al menos un líder comunal, representación de gobiernos locales del territorio del CBI, una ONG o sin fines de lucro, un representante del sector productivo o privado y uno institucional, quienes en conjunto tendrán la responsabilidad de gestionar alianzas y facilitar la contribución de otros actores con interés en potenciar los recursos técnicos y financieros en su territorio. La representatividad de los distintos sectores (público, privado, academia, civil, etc.) es esencial para el éxito de los CBI, ya que aportan desde sus conocimientos y capacidades para la adecuada logística de los CBI, facilitan la discusión entre todos los representantes y brindan distintos puntos de vista para que la toma de decisiones sea integral, desde perspectivas amplias y se haga eco de lo que sucede desde la gestión del CBI en las comunidades e instituciones que lo conforman.
Priorizar legislación y políticas ambientales existentes permite la justificación del CBI y aumenta el compromiso de participación de las instituciones públicas.
La coparticipación de entidades de la administración política y entes rectores de recursos naturales y servicios asociados en la región (hídricos, suelos, bosques, comercios, salud, seguridad) es fundamental para que el diálogo y la articulación lleve a decisiones y compromisos que atiendan las necesidades de todos los involucrados.
Los CL deben verse como sistemas de gobernanza ampliados de coordinación y liderazgo.
La realización de un diagnóstico detallado como punto de partida es fundamental para familiarizarse con el territorio, los habitantes, sus capacidades y necesidades.
El mapeo de actores locales es muy valioso para definir quiénes estratégicamente pueden ser integrados al CL.
La iniciativa de conformar un CBI puede darse por parte de un actor institucional o del sector productivo y ser igualmente exitoso que cuando surge como iniciativa de la comunidad.
Los proyectos planteados por el CL para el territorio del CBI deben ser interdisciplinarios, de manera que los representantes de diversas entidades puedan aportar con sus conocimientos y recursos en la propuesta.
El contar con 2 o más delegados (representantes) de una misma organización es favorable, pues permite contar siempre con una amplia participación en caso de ausencias en sesiones de trabajo y/o capacitaciones. Quien sí asista, aporta como representante de la entidad y posteriormente comparte la información en la institución a la que pertenece.
La planificación estratégica de un CBI es la base para definir cómo se van a cumplir los objetivos, con qué organizaciones e instituciones del territorio se deben formar alianzas, cómo se va a obtener el financiamiento para los proyectos por ejecutar, qué legislación apoya el manejo del corredor, quiénes estarán a cargo de la coordinación y el liderazgo de las acciones para aumentar y mejorar los espacios verdes de las ciudades.
El monitoreo de tareas y avances del CBI se deben registrar para evaluar la ejecución de los planes del CBI y tomar medidas correctivas en caso de que existan oportunidades de mejora. Estos pasos mantienen un funcionamiento eficiente del CBI y dirigen ordenadamente el diálogo del CL. El avance hacia el cumplimiento de las metas y objetivos en el medio y largo plazo mantiene el interés de los actores partícipes y su permanencia en los espacios de diálogo y articulación.
La planificación y el monitoreo deben ser sistematizados mediante el registro de participantes, sesiones, capacitaciones, actividades, proyectos y resultados, con el fin de transmitir la información de forma transparente a todos los miembros del CBI. A mediano y largo plazo se obtienen bases de conocimiento para realizar investigaciones, tomar mejores decisiones para la gestión del territorio y una mayor conectividad ecológica funcional.
Para asegurar el desarrollo fluido respecto al proceso de planificación estratégica, es necesaria la comunicación asertiva, la conciliación de intereses y resultados deseados, así como llegar a un acuerdo que incluya los participantes por convocar, plazos y tiempo a invertir, métodos y herramientas a utilizar, formatos de sesiones de trabajo, las reglas sobre revisión y aprobación de productos. El diálogo técnico entre todas las partes es imprescindible para lograr las estrategias trazadas en la planificación del CBI.
Para una planificación eficiente y un monitoreo adecuado, se recomienda realizar sesiones de trabajo conjuntas y periódicas, al menos trimestralmente.
La comunicación asertiva y el reporte transparente dentro del CL es imprescindible para que haya una manifestación respetuosa de los intereses de todos los grupos participantes y se tomen en cuenta para una eficiente planificación.
Todos los recursos de los cuales disponen los participantes del Comité Local (financieros, intelectuales, humanos, académicos y técnicos) pueden ser aprovechados, si son negociados estratégicamente.
Las metodologías de planificación participativas son un buen medio para recoger las perspectivas, necesidades, oportunidades y recursos disponibles, lo cual agiliza la posterior implementación de las acciones planificadas.
El establecimiento de indicadores consensuados para monitorear los avances del CBI facilita la identificación de oportunidades de mejora.