
Preservación biocultural, innovación y reparto de beneficios para resistir al cambio climático

En este proyecto, ANDES (Asociación para la Naturaleza y el Desarrollo Sostenible) prestó apoyo a las comunidades de la región montañosa de Cuzco (Perú) para la creación y gestión de un Parque de la Patata, donde las comunidades pueden participar, conservar y beneficiarse del patrimonio biocultural. Las comunidades activas en la Asociación de Comunidades del Parque de la Papa reciben apoyo para preservar las especies de cultivos autóctonos y adaptados a la zona y sacar provecho de ello a través de microempresas basadas en la agrobiodiversidad. La resiliencia de las comunidades ante el cambio climático se ve reforzada desde el punto de vista ecológico al mantener la disponibilidad de cultivos alimentarios adaptados a la zona, desde el punto de vista cultural al reactivar los conocimientos tradicionales y desde el punto de vista social al ofrecer actividades generadoras de medios de vida basadas en los ecosistemas. Esta solución se publica como parte del proyecto Ecosystem-based Adaptation; strengthening the evidence and informing policy, coordinado por el IIED, la UICN y el WCMC de ONU Medio Ambiente.
Contexto
Défis à relever
El cambio climático ha provocado un tiempo errático, un aumento de las temperaturas y lluvias tardías e impredecibles. En la región del Parque de la Patata, esto ha reducido tanto el número de variedades de patata que pueden cultivarse como el rendimiento de las que se cultivan. Las plagas y enfermedades han aumentado. Todo ello está ejerciendo presión sobre unas comunidades que ya sufren inseguridad alimentaria, escasa extensión agrícola y acceso limitado a la formación y los servicios financieros. En términos más generales, la agricultura extractiva e industrial de la región está poniendo a prueba su biodiversidad y su cultura.
Ubicación
Procesar
Resumen del proceso
BBI comprende el Parque de la Patata, que es un territorio para salvaguardar el patrimonio biocultural. Crea un espacio para preservar la diversidad genética y las variedades de cultivos resistentes, lo que ayuda a las comunidades a protegerse del riesgo de pérdida de cosechas por sequía, heladas y enfermedades. El Parque de la Patata actúa como un espacio en el que puede florecer BBII, una marca colectiva informal para la innovación biocultural, como alimentos y productos de belleza. A su vez, BBII actúa como pilar de apoyo para BBI, proporcionando incentivo e impulso para la protección sostenida de la agrobiodiversidad local. Una marca basada en el lugar y centrada en el Parque de la Patata proporciona un punto central en torno al cual pueden reunirse las comunidades, lo que conduce a una cohesión social que también ayuda a crear resiliencia frente a los retos más amplios que plantea el cambio climático. Así, los dos pilares de esta solución se refuerzan mutuamente, manteniendo los beneficios ecológicos y sociales que ofrece la solución completa.
Bloques de construcción
Parque de la Patata para la adaptación basada en los ecosistemas mediante la conservación de la biodiversidad (y la salvaguardia del patrimonio biocultural)
El Parque de la Papa es un territorio de patrimonio biocultural, diseñado y gobernado colectivamente por las comunidades que viven a su alrededor. Establecido en 2002 entre seis comunidades quechuas (5 de las cuales siguen activas), el parque alberga más de 650 variedades según la clasificación científica occidental (o más de 1.300 según la clasificación tradicional), además de otros cultivos andinos. Hay 18 variedades de patata resistentes a la sequía y las heladas, además de una variedad tolerante a los virus. Así pues, el parque actúa como reserva genética y depósito de herramientas para la resiliencia al cambio climático.
El parque se gestiona utilizando como modelo el sistema tradicional aylluvalue, centrado en la protección de la indivisibilidad y la interconexión de la agrobiodiversidad dentro del parque. El órgano rector, la Asociación de Comunidades del Parque de la Patata, posee el título de propiedad comunal del territorio. Las propias comunidades definieron la estructura y el funcionamiento de la asociación, con el apoyo de ANDES, e incluye a representantes de la dirección de cada una de las cinco comunidades que abarcan el parque. La asociación permite a las comunidades celebrar acuerdos legales y negociar eficazmente como grupo en relación con cualquier innovación o microempresa asociada al parque, como productos de belleza o alimenticios.
Factores facilitadores
- Un acuerdo de repatriación con el Centro Internacional de la Patata devolvió a la zona 410 variedades de patata adaptadas a las condiciones locales.
- La puesta en común de tierras facilita la experimentación, lo que es especialmente importante porque el cambio climático está alterando las condiciones de cultivo, por ejemplo haciendo subir la línea inferior de plantación de patatas, y los agricultores deben adaptarse.
- Para apoyar el parque, se ha creado un grupo de guardianes de semillas que ha recibido formación en producción de semillas botánicas, transectos y multiplicación.
Lección aprendida
- El uso de la investigación-acción participativa para apoyar el diseño y la gestión del parque fue fundamental para su éxito, y facilitó el desarrollo de, por ejemplo, los acuerdos equitativos de reparto de beneficios, basados en el derecho consuetudinario, que sustentan la innovación biocultural asociada al parque.
- Al restaurar y preservar el patrimonio biocultural de esta región, el Parque de la Patata reduce la vulnerabilidad ante fenómenos meteorológicos adversos y enfermedades, fomentando así la resiliencia ante los retos del cambio climático. Apoyar la agrobiodiversidad local también ayuda a mantener los servicios ecosistémicos.
Recursos
Marcas informales y reparto equitativo de beneficios
El sistema de marca colectiva informal fue desarrollado conjuntamente por las comunidades del Parque de la Patata (representadas por la Asociación de Comunidades del Parque de la Patata) y ANDES, a través de un proceso conjunto que incluyó varias reuniones comunitarias facilitadas por investigadores de ANDES. La marca colectiva informal permite a las microempresas y a la innovación biocultural de la región del Parque de la Patata presentar a los demás una identidad propia, basada en el lugar, agrupando las diversas microempresas que operan en el territorio y generando cohesión entre las comunidades del parque que, de otro modo, estarían bastante fragmentadas. La marca es propiedad colectiva del Parque de la Patata y está vinculada a él.
El 10% de los ingresos procedentes de los productos y servicios de la marca -como el té, los alimentos o los artículos de aseo- se destina a un fondo comunal, antes de redistribuirse a las comunidades según el acuerdo de reparto de beneficios. Este reparto equitativo de los beneficios, junto con los beneficios intangibles de la cohesión social y el sentido de pertenencia al lugar, fomentan el compromiso de la comunidad con el Parque de la Patata y mejoran la capacidad local, reforzando a su vez el apoyo y la sostenibilidad del parque.
Factores facilitadores
El acuerdo de reparto de beneficios se rigió por las leyes y normas consuetudinarias quechuas y se elaboró a lo largo de 2 o 3 años mediante un proceso participativo en profundidad facilitado por investigadores de la comunidad. El acuerdo se basó en los tres principios fundamentales que surgieron de este proceso: reciprocidad, dualidad y equilibrio. Abandonar las ideas preconcebidas sobre el acceso y el reparto de beneficios, y adoptar esos conceptos desde la perspectiva de las propias comunidades, es un punto de partida esencial para este tipo de trabajo participativo.
Lección aprendida
- El proceso informal de registro de marcas tiene ventajas sobre el proceso formal de registro de marcas, que se intentó pero fracasó debido a ciertos puntos de inconmensurabilidad entre la normativa formal de propiedad intelectual y las cuestiones y preocupaciones indígenas. Por ejemplo, para cumplir las normas formales de propiedad intelectual, la marca debe estar registrada permanentemente a un solo nombre; esto no era compatible con la dirección rotativa del órgano rector del parque.
- En este caso, la marca colectiva informal se consideró una alternativa adecuada que seguía teniendo efectos positivos, como la cohesión social, la comercialización y el reparto de beneficios. No obstante, es importante tener en cuenta que las marcas informales son vulnerables a la apropiación y el uso indebidos de un modo que no ocurre con las marcas formales.
Recursos
Impactos
El Parque de la Patata mantiene la evolución de los cultivos en los campos y paisajes de los agricultores, proporcionando un espacio para la generación de nuevas variaciones genéticas potencialmente útiles, lo que refuerza la capacidad de los sistemas agrícolas y alimentarios locales para adaptarse al cambio. El mantenimiento de una elevada diversidad genética también amortigua la producción de cultivos de los efectos de una mayor variabilidad climática y de los fenómenos extremos, reduciendo la vulnerabilidad de las comunidades a la pérdida de cosechas. Además, el enfoque de investigación-acción participativa utilizado en la gestión del parque como laboratorio viviente del cambio climático ha aumentado tanto la capacidad local para llevar a cabo investigaciones como la confianza en los conocimientos tradicionales, y ha fortalecido los vínculos entre los poseedores de conocimientos tradicionales y los científicos e instituciones de investigación en la coproducción de respuestas a los retos asociados a la alimentación, la nutrición y la productividad.
Beneficiarios
Cinco comunidades indígenas quechuas se benefician actualmente de esta solución. Las mujeres y los miembros más pobres de la comunidad se benefician especialmente de las actividades y del reparto de beneficios asociados al sistema de marcas colectivas.