Asociaciones de colaboración

El proceso de respuesta a la mortandad masiva, desde el descubrimiento inicial de los cadáveres de tortuga hasta la reintroducción en el medio natural de juveniles criados en cautividad, se llevó a cabo mediante la colaboración entre autoridades gubernamentales, investigadores, gestores de la conservación in situ y ex situ, y la población local, que se implicó personalmente en el bienestar de las tortugas. Las comunidades que viven alrededor del río Bellinger se enorgullecen de las especies endémicas de su rincón del mundo, y su preocupación y participación como ciudadanos científicos desempeñó un papel importante en la sensibilización y en garantizar que los recursos se destinaran a las tortugas. Las autoridades gubernamentales fueron los principales facilitadores de la respuesta, buscando expertos en muchos sectores para garantizar que se realizaba un análisis exhaustivo.

El principio de facilitación neutral de la CPSG crea un espacio de colaboración y mentalidad abierta para abordar los retos de la conservación. Aunque las partes interesadas que participaron en la respuesta y el taller procedían de distintos sectores con sus propias motivaciones, el objetivo final unificador de elaborar un plan de conservación que abordara todos los riesgos a los que se enfrentaba la tortuga mordedora del río Bellinger fue capaz de salvar esas diferencias.

Los planes de conservación suelen verse limitados por la información en la que se basan. Al colaborar con un mayor número de partes interesadas, pueden incorporarse al proceso de planificación perspectivas diversas que antes no se tenían en cuenta. Esto garantiza que se tengan en cuenta todos los riesgos, generando un plan de gestión más completo y redondo y una base integral para la supervivencia a largo plazo en la naturaleza.