El acervo de conocimientos tradicionales de las tierras altas de Camboya es rico y muy variado, e incluye conocimientos sobre la conservación de la naturaleza, la protección de la salud, los sistemas de cultivo y los usos y gestión de especies vegetales y animales.
Estos conocimientos reflejan las distintas zonas geográficas en las que viven los pueblos indígenas y las minorías, así como sus respectivas necesidades. Todas las sociedades han utilizado el entorno natural para su sustento y socorro, por lo que el uso de plantas para tratamientos medicinales está especialmente desarrollado en todo el mundo.
Por ello, las instituciones de investigación, las empresas farmacéuticas privadas y las ONG han reconocido en los últimos años la importancia de conservar estos conocimientos, pero también de utilizarlos para generar beneficios, que no siempre se han repartido equitativamente. La ausencia de un sistema de protección de los conocimientos tradicionales puede provocar fácilmente una mayor erosión de estos valiosos conocimientos y una pérdida permanente para las comunidades locales e indígenas, el país y la comunidad mundial en general.
La falta de un reparto justo y equitativo de los beneficios derivados de la utilización de los conocimientos tradicionales y los recursos genéticos -especialmente para los pueblos indígenas y las comunidades locales- es una limitación clave para la conservación eficaz de la biodiversidad.
Para remediar estas desigualdades pasadas y construir un marco para el éxito futuro, el proyecto ABS está desarrollando y finalizando marcos y hojas de ruta nacionales de ABS, así como modelos sobre bioprospección, un marco de seguimiento para rastrear la aplicación de recursos genéticos y un plan de seguimiento y evaluación.
Para garantizar la longevidad y la sostenibilidad, se ha establecido un mecanismo financiero eficaz para la distribución de los beneficios de los acuerdos de ADB, y se ha inaugurado un sistema administrativo de permisos de ADB y puntos de control.
El poder de la innovación, realizado mediante la síntesis de los conocimientos tradicionales con la ciencia y la tecnología modernas, ha transformado los recursos genéticos en medicinas, alimentos y muchos otros productos indispensables para la existencia humana. De hecho, puede afirmarse que tanto los recursos genéticos como la innovación sustentan el desarrollo sostenible.
Los recursos genéticos son patrimonio del planeta y pueden aprovecharse para las generaciones presentes y futuras; existe un claro vínculo entre el uso sostenible de la biodiversidad y el crecimiento económico. El Protocolo de Nagoya proporciona una plataforma para la participación equitativa en los beneficios que facilita el desarrollo sostenible de los pueblos indígenas y las comunidades locales, y la conservación continuada de nuestro capital natural durante muchos años.