Para desarrollar una estrategia de aplicación de la legislación hay que recopilar y comprender una serie de datos clave. Entre ellos se incluye la situación del terreno (por qué es importante el área protegida, cuáles son los bienes naturales que necesitan protección), el marco jurídico (qué leyes se aplican, qué organismos participan en la aplicación/gestión de las áreas protegidas) y, por último, en qué quiere centrarse: los objetivos de aplicación.
En el proceso deben participar personas informadas y capacitadas. Los objetivos de aplicación deben ser S.M.A.R.T (Specific, Measurable, Achievable, Relevant, and Time-Bound), y esto sólo puede ocurrir si el contexto está correctamente representado.
El contexto es clave en el diseño de los objetivos de aplicación. Un proceso participativo consigue el apoyo y la aceptación de los organismos asociados y las comunidades, lo que facilita la aplicación de la ley.